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En 2017 se lanzó Xbox Game Pass, un servicio de suscripción mensual o anual con el cual las personas acceden a una biblioteca de diferentes títulos. Luego de un año, Spencer fue entrevistado por LevelUp, con seguridad, que los juegos que salían en este tipo de membresía aumentaba sus ventas.
"Si ves en EU, State of Decay se vendió muy bien el mes que lo lanzamos en Game Pass. La mayoría de las personas piensan, '¿no se van todos a suscribir por 10 dólares y jugarlo', pero no, los jugadores encuentran qué jugar basándose en lo que los demás están jugando", agregó.
No obstante, la realidad es otra. Microsoft no pudo sostener los dichos alegres de Spencer y en una respuesta dirigida a la CMA (Autoridad de Competencia y Mercados), autoridad antimonopolio de Reino Unido, declaró que sí hay una reducción en ventas de los títulos que arriban a Game Pass.
"Los documentos internos de Microsoft reconocen que añadir títulos a Game Pass podría canibalizar las ventas B2P (buy-to-play)", indicó el regulador británico.
Game Pass es una membresía que pone en el centro a los consumidores para que puedan jugar títulos sin tener que comprarlos, lo que para los reguladores podría generar una ventaja injusta para Microsoft si se hace con franquicias exitosas como Call of Duty.
Hasta ahora, el cierre de la venta de Activision se encuentra frenada por las investigaciones de los reguladores. El mayor revés fue dado por la Comisión Federal de Comercio de EU, quien presentó una demanda contra Microsoft y la venta del desarrollador, alegando que afectaría la competencia.