Los muy amigos de AMLO

EL PAÍS se sentó con ellos en torno a un café y unas conchas en un patio de Coyoacán para hablar sobre su llegada al poder, los intelectuales, el feminismo, el papel de los moneros en la 4T…

Ciudad de México.

Desde que Andrés Manuel López Obrador llegó al poder en 2018 ha dejado claro en multitud de ocasiones quiénes son algunos de sus enemigos: expresidentes, dueños de los medios de comunicación, columnistas críticos o empresarios. Contra ellos dirige sus dardos y denuncias cada mañana. Pero, ¿y quiénes son sus amigos?, ¿con quién come paella en Palacio Nacional? El propio mandatario reveló en agosto en las redes sociales que los dibujantes Antonio Helguera, Rafael Barajas El Fisgón, José Hernández y el columnista de La Jornada Pedro Miguel son esos “amigos inteligentes y críticos”, con quienes pasa una tarde de sábado. ¿Y de qué hablan?, ¿qué temas le interesan?, ¿qué le dicen quienes le hablan al oído cuando ya no hay cámaras en Palacio?

EL PAÍS se sentó con ellos en torno a un café y unas conchas en un patio de Coyoacán para hablar sobre su llegada al poder, los intelectuales, el feminismo, el papel de los moneros en la 4T, la división en Morena o Venezuela. Solo quedaron fuera el rock o el fútbol “que no le interesan nada”. Sus amigos dicen que nunca le han visto mirar las piernas de una mujer y así, entre reproches y buen humor, saltando de un tema a otro, transcurrió la conversación:

EL PAÍS. Vienen de pasar cuatro horas en Palacio Nacional. ¿Qué les dio el presidente de comer?

José Hernández: Paella. Muy rica.

Pedro Miguel: Y un chilito en nogada. Y café con unos pastelitos.

EL PAÍS. ¿Estuvo la familia?

Pedro Miguel. Estuvo uno de los hijos en la comida.

El Fisgón: Dos.

Pedro Miguel. Ah, claro, llegó Jesús Ernesto después.

José Hernández. Nos llevó al departamento que mandó construir Felipe Calderón. No entramos, pero lo que nos quería mostrar es que la puerta de acceso al departamento tiene un vidrio blindado.

Pedro Miguel. Es una puertita como de la estatura de Calderón.

El Fisgón. Su casa es un departamento normal y muebles normales, no del siglo XV.

José Hernández. Y también nos mostró un patio en donde nos dijo que prácticamente Calderón mandó construir un domo blindado.

Antonio Helguera: Sí, que dañó la estructura del palacio y él la mandó quitar. Un domo con vidrio blindado que estaba hundiendo el Palacio. Y lo tuvieron que quitar.

Pedro Miguel: Para bombas atómicas. Ah, y nos dijo una cosa maravillosa. Nos dijo: “Esas sillas en las que ustedes están sentados cuestan 250.000 pesos cada una”.

EL PAÍS. Conocen desde hace tiempo a López Obrador. ¿Ha cambiado?

El Fisgón. Con Andrés Manuel me pasa con mucha frecuencia que no estoy de acuerdo con cosas que dice. Pero ahora, mi reflejo es preguntarme: “¿Qué es lo que no estoy entendiendo?”. Y sí, me doy cuenta de que con mucha frecuencia, a la larga, él tiene razón, y esto lo ves a la larga. Esto te habla básicamente de que es un dirigente político muy sofisticado. Es curioso porque esta foto que nos tomaron [la difundida por AMLO en Twitter] la quieren presentar como un acto de caricaturistas oficialistas. Pero no es así, somos miembros de un movimiento.

Antonio Helguera. Desde hace mucho tiempo.

El Fisgón. Que venimos con él, yo desde los ochenta, Toño desde los noventa, Pepe desde los noventa, Pedro…

Antonio Helguera. ¿No te acuerdas cuando hicimos el frente contra el pacto de solidaridad económica? Fue en diciembre de 1987.

El Fisgón. Es decir, perdón, querer simplificar esto es, básicamente, vernos o ver esa fotografía con la lógicas del presidencialismo priista. Es decir, esto es otro fenómeno, y hay una cosa que creo que es importante: lo que está en juego, como bien dice Helguera, es la lucha contra el modelo y las lógicas neoliberales. No es un pleito nada más mexicano, eh, es un fenómeno que se está dando en todo el planeta y que en pocos lugares ha avanzado hasta donde ha llegado México. Hay que entender que en este proceso estamos peleando con fuerzas sumamente sofisticadas y poderosísimas que incluyen, entre otras cosas, al Frente Monetario Internacional, al Gobierno de Washington, al Grupo de los Siete, a la ultraderecha internacional…

El PAÍS. ¿Cómo ven las críticas diarias a la prensa?

Pedro Miguel. Le voy a hacer una reflexión. ¿Qué pensaría usted de una sociedad en la que el 95% de los medios estuviera en manos del Estado? ¿La podría llamar democracia? ¿O que el 95% de los medios estuviera en manos de la iglesia? ¿Se podría llamar democracia? ¿O que el 95% de los medios estuviera en manos de los sindicatos? ¿Sería democrático? Ahora, ¿qué piensa de una sociedad en la que el 95% de los medios está en manos de los empresarios?

EL PAÍS. ¿Aplica esto para los medios de izquierda? ¿Han renunciado a su papel crítico para convertirse en una correa de transmisión?

Pedro Miguel. No.

El Fisgón. No, por supuesto que no. Como la pregunta es tan amplia, yo te diría que de ninguna manera, así no ha sido. Y prueba de ello es cómo operan estos medios de la izquierda, que son poquísimos, que además son medios vinculados a la sociedad civil, que tienen una base que los otros no tienen.

Antonio Helguera. Déjame responder. Vamos a ponerle nombres. La Jornada, ¿sí?

El Fisgón. El Chamuco.

Antonio Helguera. La Jornada fue el único medio que le dio cobertura al movimiento de López Obrador desde los noventa, por no hablar de ‘que fue el único periódico que le dio cobertura al Frente Democrático Nacional.

El Fisgón. Y a los zapatistas.

Antonio Helguera. Fue el único periódico que no se dedicó a calumniar a Cuauhtémoc Cárdenas en el 88, 94, etcétera. Es decir, es una línea de congruencia y consistencia. No es que se hayan alineado con nada. Es la misma línea de siempre. Es decir, no se explica el triunfo de López Obrador sin La Jornada, por ejemplo, porque es un miembro, como dice Fisgón, vinculado con la sociedad, es un medio para la sociedad y no es propiedad de empresarios, es propiedad de periodistas. Es la gran diferencia entre los medios de la derecha…

José Hernández. Como dice Pedro, el 90% de los medios son de los empresarios. La Jornada es el único periódico tradicional que no pertenece a un empresario.

EL PAÍS. ¿Querrá reelegirse?

José Hernández. No, hombre…

Antonio Helguera. No, no, no.

El Fisgón. A ver, una de las cosas que platicó ahí que nos quedó clarísima es que estaba feliz porque le faltaban cuatro años para retirarse.

José Hernández. Para jubilarse, decía.

El Fisgón. Para jubilarse.

Antonio Helguera. Es que lo ve como un ciclo que empezó desde los años setenta, su trabajo político, y este es la culminación de todo su trabajo político.

El Fisgón. Pues sí, él lo deja.

Antonio Helguera. Aquí se acaba y se retira, y ya le toca a otro seguir adelante. Hizo todo lo que tenía que hacer que no fue poco.

El Fisgón. Lo hizo bien.

Antonio Helguera. Ajá y ya. Lo tiene muy claro. Hasta aquí llegó.

José Hernández. Y falta todavía, y no miente que pretende hacer el doble de trabajo como si fueran dos. Trabaja el doble.

EL PAÍS. ¿Su liderazgo surge en 2006 con el plantón?

José Hernández. No, fue el desafuero.

El Fisgón. Sí.

Pedro Miguel. Fue el desafuero.

José Hernández. Fue el desafuero con su antecedente de su actuar pues como jefe de Gobierno de la Ciudad de México. No se entiende la respuesta de la gente en el desafuero si no hay un antecedente de cómo hacía política él y cómo marcaba una diferencia tajante frente a la presidencia de Fox, ¿no? Es un presidente sui géneris en la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. El desafuero también era nacional porque era tratar de impedir su candidatura.

El Fisgón. Cerrarle el paso al puntero.

Antonio Helguera. Sin embargo, ahora que Pedro hablaba del fraude del 2006, para mí, y yo creo que van a estar de acuerdo todos, el tema se remonta al otro fraude del 88 cuando se imponen a Salinas y se impone el neoliberalismo en México. Yo creo que ahí nos quedó claro, por lo menos a mí, sé que a Fisgón también, que el tema era el neoliberalismo y los hampones que llegaron con él, el saqueo, la corrupción, la injusticia, la concentración de la riqueza, la infiltración del narcotráfico, etcétera. En ese momento, la opción para muchos de nosotros era Cárdenas, Cuauhtémoc Cárdenas, pero Cárdenas no era un líder social. Es un hijo de un político, de un expresidente. De alguna manera viene de una élite política. No era un líder social.