Los mil y un pretextos

La India un destino turístico que te cambia la vida

Ciudad de México.


Para entender a este gran destino es necesario quebrantar los parámetros occidentales. La India es una de las naciones más pobladas del mundo. Ahí conviven diferentes razas, castas y culturas y, la gente tiene variados modos de entender la vida, o las vidas, porque según una de sus religiones, viviremos varias a través de los siglos.

En efecto, antes de mi jornada -que por cierto duró 15 días- había escuchado lo que consideraba un cliché: "un viaje a la India te cambia la vida", me comentó más de un conocido. 

"Sí, claro", pensaba entonces.

HERMOSO Y COLORIDO

Sin embargo, al enfrentarse a la grandeza de ese territorio, tan hermoso y colorido como enigmático y extremo, el viajero entiende que, aquella frase que podría parecer hecha, es una rotunda verdad. 

Incluso antes de pisar esa tierra, y a bordo del avión que conduce hacia el destino, el viajero empieza a maravillarse con lo que le espera: compañeros de vuelo lucen atuendos tradicionales, turbantes y túnicas incluidos; varias de las mil y un películas que hay para elegir prometen estar llenas de coloridos bailables. 

MUCHO QUE VER

Lo que causa estupor al conocer La India, es que los contrastes y diferencias son abismales. Por un lado, muchas personas siguen viviendo bajo costumbres ancestrales y siguiendo un duro sistema de castas. Por el otro, este destino es uno de los lugares más tecnificados del planeta. Por todos lados van y vienen miles de estudiantes que manejan gadgets con una espectacular destreza. 

Destacan las grandes metrópolis, con centros financieros capaces de competir con Nueva York y Dubai. Lo mismo se ven enormes rascacielos que casas de adobe. En los senderos, lo mismo transitan coches antiguos que bicicletas, triciclos, rickshaws y, por supuesto, toda clase de animales, teniendo preferencia las señoras vacas. 

MUY POBLADA

Hay que tomar en cuenta que ir a un lugar puede tomar de dos a cinco horas, dependiendo del tráfico. También debes saber que todos, pero todos, usan la bocina como poderosa arma. 

Al visitar los templos, las ruinas y otras poblaciones, los viajeros detectan que en este destino, los animales conviven con los humanos de una manera peculiar. Que no te asombre si los monos, de pronto, te quitan tu cartera y ves a alguna que otra serpiente saltar de una cesta. 

Las lluvias son torrenciales y hay partes que suelen enlodarse. Recuerdo haber pisado excremento de vaca. Uno urgido por lavarse con agua y el guía, moviendo la cabeza, comentó que la situación era considerada como una bendición. 

Y dentro de todo este mundo, ajeno a unos ojos provenientes de occidente, al entrar a un templo y contemplar sus bellezas... el viajero entra a otra dimensión y entiende que hay otra forma de ver el mundo. Que nadie está bien o mal y este país te lo hace comprender. 

En efecto, India te sacude, con sus grandes problemas y su esplendorosa belleza. Sí, nadie queda inmune. India significa cruzar una puerta que te obliga a crecer en más de un sentido. Sin duda, pienso regresar.