Logra Mike Salazar sueño de comedia con humor blanco

Lejos de querer jugar videojuegos o ver caricaturas durante su niñez, Mike Salazar disfrutaba de ver la comedia de Teo González, Jorge Falcón y Gilberto Gless, soñando con un día llegar a ser un comediante tan grande como sus ídolos, un camino que va emprendiendo con éxito

Lejos de querer jugar videojuegos o ver caricaturas durante su niñez, Mike Salazar disfrutaba de ver la comedia de Teo González, Jorge Falcón y Gilberto Gless, soñando con un día llegar a ser un comediante tan grande como sus ídolos, un camino que va emprendiendo con éxito.

"Fue un inicio muy divertido y extraño a la vez, pero cada vez que yo veía un programa de estos de comedia, Humor Es Los Comediantes, Fábrica de Risas, tenía 13 años y mis papás empezaron a notar que yo prendía la televisión exclusivamente para verlos y me inclinaba por Jorge (Falcón), Teo (González) y Gilberto (Gless), y llegó un momento en el que dije: 'Yo eso lo puedo hacer', y en la prepa hice mi primera presentación con los papás de mis compañeros, imitando a Teo.

"Así comenzó esto, y cada vez que me siento frente al público estoy en las nubes por el hecho de poder hacer mi trabajo y que la gente se ría y lo disfrute como yo", compartió Salazar en entrevista. Conocido como "El Caballero de la Comedia'', título que adoptó luego que una señora elogiara su comedia blanca, el mexicano supo que ese era el tipo de humor con el que quería seguir conquistando a su público.

"Por mi comedia me comparan con mis maestros y eso es un gran halago porque siempre les he seguido la pista respetando su misma línea, porque me gusta su manera de hacer comedia, de hacer reír sin usar tantas malas palabras y yo sigo firme en ese estilo", puntualizó el standupero. Con un talento comparado al de Franco Escamilla, el mexicano llegará el 12 de marzo al Pepsi Center de la Ciudad de México con su nuevo show titulado Po's Aquí Andamos, ideado con todo lo que vivió durante la pandemia. "Estamos muy emocionados y muy contentos de regresar a los shows presenciales porque esa retroalimentación que te da el público es alimento para el alma y definitivamente no fue fácil. Muchas personas creen que quienes nos dedicamos a hacer reír vivimos felices y riendo todo el tiempo, pero no, finalmente somos seres humanos.

"(El parón por la pandemia) fue complicado porque nos cortaron una racha muy buena que traíamos de estar viajando por el País y Estados Unidos y de pronto llegó este 'estate quieto' y estuve más tiempo con mi familia, pero en 8 años que llevo casado con mi esposa nunca había estado tanto tiempo en casa, entonces fue un reto, ya estamos los dos ansiosos porque me vaya de la casa", compartió entre risas.