La parroquia Nuestra Señora de Guadalupe celebró con gran fervor y devoción su tradicional peregrinación, esta vez con un significado especial, al llevar a cabo el evento ya como concatedral.
El padre José Luis Cerra Luna expresó su alegría y emoción por este logro, destacando: "Nos sentimos muy contentos de realizar la peregrinación de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, hoy ya concatedral; vamos a peregrinar a nuestra propia casa, porque también queremos visitar a la Santísima Virgen de Guadalupe".
La peregrinación partió la tarde de ayer desde la calle Ferrocarril, a la altura del puente elevado, donde los feligreses se reunieron para comenzar su caminata rumbo al centro de la ciudad.
A lo largo del recorrido, los participantes se unieron en un ambiente de oración y cánticos, mientras grupos de danzantes y carros decorados acompañaban el paso de la procesión, creando un espectáculo de colores y devoción.
Los peregrinos avanzaron con paso firme y lleno de fe dirigiéndose hasta la concatedral, donde culminaron su recorrido con una misa especial en honor a la Virgen de Guadalupe. El evento se convirtió en un acto de unión y tradición, reflejando el profundo cariño y respeto de la comunidad hacia su patrona.
La jornada de la peregrinación significó un acto religioso y también una expresión de identidad y pertenencia para todos los feligreses católicos, quienes, además de rendir homenaje a la Virgen, celebraron el hecho de que su parroquia haya alcanzado la categoría de concatedral, un paso significativo en su historia.