Pequeños Juan Diegos caminan con esperanza

En medio del fervor Guadalupano que envolvió este 12 de diciembre a Reynosa, las familias no solo acudieron a rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe

En medio del fervor Guadalupano que envolvió este 12 de diciembre a Reynosa, las familias no solo acudieron a rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe, sino también a abrir su corazón con peticiones, agradecimientos y promesas, mostrando su fe.

Para Isis González, la celebración tuvo un significado especial, ya que fue madrina del pequeño Uriel Sánchez, por lo que con cariño, lo llevó al mercado Zaragoza para adquirir cada pieza de su atuendo tradicional de Juan Diego y pedir ante la virgen por la salud del menor.

Portando sus ollitas, la canasta, la sonaja, el sombrero decorado, huarachitos y un traje de manta, acudir con toda la familia a pedir por la salud del pequeño.

"Ellos me lo encomendaron que si quería ser su madrina porque para ellos es como bendiciones para el niño, representa algo importante y más que nada para que como madre que es la virgencita, los guíe y los cuide a los niños, la salud en este caso para él", dijo.


La familia Pacheco Collazo llevó a sus hijos vestidos de Juan Diego y la Virgen de Guadalupe.

A unos metros, la familia Pacheco Collazo también llegó con un propósito especial, llevar a los pequeños Samantha Noelia y Gerardo Samael que acudieron vestidos para rendir honor a la Morenita. 

Su padre, Gerardo Pacheco, compartió que la visita es un acto de agradecimiento, una forma de reconocer las bendiciones recibidas a lo largo del año, pidiendo desde la salud hasta la unión familiar, cada motivo es una razón para ponerse a los pies de la Virgen y renovar la fe.

En su caso, no llevaron peticiones específicas, sino con gratitud sincera.

Para Marisol Collazo, es una oportunidad para agradecer y confiar nuevamente en la intercesión de la Guadalupana.

"Dar las gracias más que nada por los niños, la salud y la unión",  expresó la familia.

Las familias llegaron con fe, con esperanza, entre lágrimas , gestos de amor y promesas silenciosas, cada devoto encontró un espacio para dejar su petición, agradecer un milagro o pedir fortaleza para seguir adelante.