Vecinos denuncian que no hubo seguimiento en obra realizada por el municipio y el problema se agravó.
Las aguas negras han vuelto a brotar en el fraccionamiento Balcones de Alcalá, y ahora con mayor intensidad. Lo que parecía un avance tras recientes maniobras municipales para desazolvar las alcantarillas, terminó siendo solo un alivio temporal.
La fuga original, ubicada sobre Río Yukón y Río Tamesí, se calmó durante un par de días después del uso de agua a presión por parte de una cuadrilla municipal. Sin embargo, volvió a activarse, y paralelamente, la fuga secundaria generada por la misma intervención, ha incrementado su flujo de forma preocupante.
Actualmente, los vecinos enfrentan encharcamientos más severos que impiden el acceso a varias viviendas, mientras el agua residual corre sin control por las calles del sector.
Aunque durante su intervención las autoridades locales aseguraron que regresarían para continuar con los trabajos, hasta el momento no han vuelto a presentarse, lo que ha generado descontento entre los residentes, quienes ven cómo el problema no solo persiste, sino que se ha agravado.
En su intento por mitigar el daño, los colonos implementaron caminos improvisados de tierra para canalizar el agua hacia calles sin domicilios; sin embargo, el volumen actual ha rebasado por completo esas medidas.
La situación ha puesto en evidencia que el sistema de drenaje del fraccionamiento opera desde hace años por debajo de la demanda, y que las soluciones aplicadas hasta ahora no han sido ni suficientes ni sostenidas.
Mientras tanto, los vecinos siguen esperando que el municipio regrese a terminar el trabajo que quedó a medias.