Aunque las tormentas de granizo pueden ocurrir en cualquier tiempo del año en nuestra región, este tipo de fenómeno meteorológico ocurre más frecuentemente estadísticamente en los meses de abril, mayo y junio, respectivamente en ese orden. El Servicio Meteorológico Nacional (por sus siglas en inglés NWS), en la región vecina del Valle de Texas, clasifica como severa, a una tormenta cuando ocurren vientos que sobrepasan las 58 mph (93 km/h) y/o incluye granizo de una pulgada (2.54 cm) o mayor.
El granizo puede ser del tamaño de una peseta americana (.25 centavos), de una pelota de golf, de una pelota de beisbol o de una pelota de softbol. El de mayor tamaño, de 10.16 centímetros, en una super célula, pueden alcanzar velocidades de hasta 160 km/h, dependiendo de la trayectoria en que descienda. En una tormenta severa generalmente caen granizos entre 2.54 centímetros y 4.45 centímetros de diámetro, los cuales son como pedradas descendiendo entre 40 a 64 km/h.
Al inicio de la primavera, el aire cálido y húmedo del sureste del Golfo de México viaja hacia el norte formando unas nubes alimentadas por una convección muy fuerte, conocidas por los meteorólogos como cumulonimbos. Estas nubes alcanzan alturas de más de 10,000 metros sobre la superficie de la tierra, donde el aire frío congela las gotas de agua y forman el granizo. En esta temporada del año, los últimos frentes fríos desplazan furiosamente estos cúmulos creando las tormentas de granizo. En el territorio continental de los Estados Unidos, estas tormentas son frecuentemente acompañadas por tornados, pero las altas escalas de estos meteoros son menos frecuentes al sur del paralelo 27º, donde se encuentran las riberas del bajo río Bravo.
- Vehículo aplastado por la caída del poste de un anuncio panorámico por el bulevar Morelos, y personal del ayuntamiento desalojando el granizo acumulado por la tormenta en el paso a desnivel número 1.
Los reconocidos reporteros del periódico El Mañana, Antonio Franco y Juan Alberto Tea Guzmán, dieron una extensa reseña sobre el recorrido del meteoro y sus daños en Reynosa, clasificándolo como un violento tornado. Fue considerado como el peor fenómeno meteorológico en la historia de la ciudad; con granizo de más de una pulgada de diámetro, intensas lluvias y ráfagas de viento de hasta 100 km/h, las cuales azotaron por un poco más de 15 minutos en esta ciudad fronteriza. La temperatura de 31 grados del día anterior cayó a 12 grados en la mañana que llegó la tormenta. La precipitación pluvial registrada fue de tan solo 18 mm.
Quedaron suspendidos los servicios de electricidad, telefonía y agua en Reynosa por varias horas. Un número considerable de damnificados fueron afectados por los destrozos materiales, resultando 11 personas heridas de poca gravedad. La inundación por el granizo en los pasos a desnivel; bardas, árboles, postes, tubos y anuncios panorámicos desplomados, causaron desquicios para el desplazamiento de vehículos. Esto provocó la suspensión de clases en las escuelas y de labores en algunos negocios particulares y dependencias oficiales.
El ayuntamiento presidido por el Dr. Serapio Cantú Barragán, se reunió con personal de dependencias locales, estatales y federales para evaluar los daños de la tormenta, sobre todo los destrozos en hogares precarios con construcciones de madera y para ellos se abrieron cuatro albergues para ayudar a la población. Una docena de colonias fueron las afectadas, incluyendo la zona Centro de la ciudad. La dirección de Protección Civil indicaba que el área más afectada había sido por la orilla del río Bravo, desde Riberas de Rancho Grande y Arboledas, hasta la Aquiles Serdán.
Las líneas de conducción de energía eléctrica entre Nuevo Laredo y Reynosa se habían empezado a disparar desde la 7:30 de esa mañana, pero al entrar la tormenta quedaron las 18 subestaciones de alta tensión de Reynosa fuera de servicio. Al dañarse varios de los transformadores, primero se le dio prioridad al circuito que alimenta la planta potabilizadora y a la del Seguro Social. La caída de una de las torres afectó al Parque Industrial Maquilpark y la planta de polietileno y varias colonias aledañas. La CFE se vio obligada a pedir cuadrillas de refuerzo de otras ciudades vecinas en la entidad, incluyendo de los Estados de Nuevo León y Coahuila, para dar el mantenimiento a las líneas caídas y a los más de 10 mil transformadores entonces instalados en la ciudad.
La Crónica de la Tromba, según el fotógrafo Jesús Cavazos Reyes, el fotógrafo oficial del ayuntamiento de Reynosa en ese entonces, la tormenta de granizo llegó a Reynosa a las 8:02 de la mañana, del día 8 de abril del 2003. En ese momento él se encontraba en el segundo piso del edificio de la presidencia municipal, cuando se obscureció completamente el cielo, encendiéndose automáticamente las luces de la plaza. Fue entonces que tomó su primera foto de lo que clasifica como una tromba.
Ahí permaneció entre 12 y 15 minutos a que aminoraran el sorpresivo aironazo y granizo del fenómeno meteorológico; de pronto vio volar a un aire acondicionado de ventana de la presidencia hacia el techo del Café París, ubicado entonces por la calle Hidalgo, donde anteriormente estuvo el Ópera Bar. También observó cómo las ráfagas de viento sacaron de “cuajo” al reloj de la torre de la iglesia Guadalupe y cómo quedó “apedreado” el vitral frontal de la misma. Asimismo, en esos momentos las ráfagas sacaron de “cuajo” a un gran árbol de la plaza principal y una caseta de teléfono de los carros de sitio, desapareciendo completamente de su lugar. Una lluvia de agua fría continuó por 20 minutos más, después que cesó de caer el granizo.
Al otro extremo de la plaza, quedó suspendido a mitad de calle sobre los cables eléctricos, el anuncio del Café La Villa. Por la calle Porfirio Díaz estaban regadas las láminas del bar y billar Del Valle. Uno de los primeros sitios de desastre que fotografió fue el Teatro de Reynosa, al cual se le desplomó totalmente la pared posterior, donde quedaba el escenario del teatro. Por las calles de Guerrero y Juárez, vio tirados los anuncios de Elektra y del hotel Astromundo.
Cuenta el fotógrafo Cavazos que salió en su carro, a fotografiar los daños por los bulevares Morelos e Hidalgo. En la colonia Rodríguez, sobre el bulevar Morelos esquina con la calle Juchitán, se cayó un anuncio panorámico sobre una camioneta van, la cual quedó aplastada a la mitad. Por el bulevar Hidalgo, viajó a la altura del Motel Engrei, donde había una cantidad de daños. Recuerda que había un sinnúmero de vitrales rotos, como fue el caso de las oficinas de El Mañana y La Prensa de Reynosa. También observó muchos vehículos con los cristales rotos y abolladuras en las carrocerías.
Entonces regresó al centro a revelar las fotos, las cuales fueron distribuidas a los diferentes medios de comunicación. Pero antes de eso, pasó por segunda vez a registrar el paso a desnivel número 1, el cual estaba lleno de granizo y fueron necesarios entre 10 y 12 camiones de volteo, para retirar los restos del granizo, durante varias horas del día.
Al siguiente día, envió una aeronave el gobernador de Tamaulipas, para sobrevolar la zona afectada y evaluar los daños causados a la ciudadanía. El fotógrafo Cavazos confirma que los daños habían sido principalmente en una ampliación de la colonia El Olmo y hacia Riberas de Rancho Grande, donde se cayeron casas y techos de los vecinos.
En el campo, muchos de los cultivos quedaron siniestrados en ambos lados del río Bravo, como fueron los de plantas de sorgo y maíz en el lado mexicano, y los de cebolla, algodón y melón, en el lado norteamericano. El tipo de tormenta de granizo, se ha registrado por años en nuestra región. Una tormenta similar había tumbado 13 torres de alta tensión el 13 de marzo de 1994.
Ese 8 de marzo de 2003, le tocó a Reynosa ser la protagonista de esa tormenta de granizo, aunque en Brownsville se estimó que los daños ascendieron a los 50 millones de dólares. El 29 de marzo de 2012, le tocó a la ciudad vecina de McAllen, recibir a una de estas tormentas, que le costó al menos 260 millones de dólares.
Cualesquiera de nuestras ciudades no están exentos de ganarse la rifa del “tigre”, en el futuro.