Concluyó 2019 con sorpresas inesperadas y expectativas traicionadas. Pocas producciones, menos que en años anteriores, llamaron la atención y ahora en 2020 un resumen acerca de lo mejor y lo peor que dejó el año en cuestión de cine:
Lo mejor: “Parásitos”. Inquietante y magistral, confirma que la vanguardia fílmica sigue en Corea. Con igual mérito: “Historia de un matrimonio”, “Contra lo imposible” y “Largo viaje hacia la noche”, ejemplares de cine casi puro.
Mejor de género: “Guasón”, de excepcional realismo que transforma la conocida mitología del cómic de DC.
Peor director: Gael García Bernal, por Chicuarotes. El Charolastra pierde el punto de vista del guión y entrega un melodramón convencional y clasista.
Peor comedia: En un año dominado por tonterías y lugares comunes con repelentes títulos fifís como “Lady Rancho”, “Solteras” y ese bodrio de miedo que fue “La boda de mi mejor amigo”, se llevan las palmas “Mirreyes contra Godínez” y “No manches Frida 2” al actualizar la definición de churro.
Cintas sobrevaloradas: “El irlandés”, “Midsommar: el terror no espera la noche” y “Había una vez en Hollywood”. ¿No que debía equilibrarse forma y contenido? ¿No que la primera nunca debía imponerse sobre el segundo?
Peor crítico: Martí Batres. Qué manera de reseñar Joker —Guasón— (El Financiero, 14-X-19) al inventársela con anteojeras seudo-ideológicas.
Es lo malo de ver copias pirata subtituladas en chino mientras dizque se legisla. Si un senador se lanza de crítico, debería dejarse a uno de éstos legislar.