La ratificación de Marisela Morales como titular de la Procuraduría General de la República por parte del Senado ignoró la historia de dislates y pifias de la funcionaria durante su paso por el Ministerio Público Federal y la SIEDO. Deficiencias en la integración de expedientes, manipulación de testigos protegidos, la orquestación del vergonzante Michoacanazo, entre otros, son sólo algunos de los signos ominosos respecto de lo que puede esperarle a una institución en permanente estado de podredumbre para un país en llamas.
Lo negro de la nueva procuradora
La ratificación de Marisela Morales como titular de la Procuraduría General de la República por parte del Senado ignoró la historia de dislates y pifias de la funcionaria durante su paso por el Ministerio Público Federal y la SIEDO. Deficiencias en la integración de expedientes, manipulación de testigos protegidos, la orquestación del vergonzante Michoacanazo, entre otros, son sólo algunos de los signos ominosos respecto de lo que puede esperarle a una institución en permanente estado de podredumbre para un país en llamas.