La actriz Lori Loughlin y su esposo, Mossimo Giannulli, viven el aislamiento social debido a la pandemia del coronavirus en una casa diferente a la de sus hijas, Olivia Jade e Isabella Rose, reportó Fox News.
De acuerdo con fuentes, la pareja, que actualmente se enfrenta al escándalo por el fraude de admisión a universidades, se encuentra en su mansión en California, mientras que sus hijas optaron por aislarse con el novio de Olivia Jade, Jackson Guthy.
“Olivia y Bella están en cuarentena juntas. Lori está en contacto constante con ellas. Lori y Mossimo están bien. Todavía viven en su casa. Por razones obvias, aún no han podido vender su hogar”, dijo un informante cercano a la familia a People.
La celebridad y el empresario habían puesto en venta su casa de mil 115 metros cuadrados por más de 28 millones de dólares meses antes de que el Covid-19 fuera declarado pandemia mundial; muchos especularon que los famosos estaban tratando de vender su patrimonio debido al juicio que enfrentarán, aunque otra fuente negó que su decisión se tratara de eso.
“Mossimo restaura todas las casas que compran como pasatiempo y siempre están a la venta. Aquí no hay un esfuerzo muy concentrado por vender la casa”, comentó.
La semana pasada se obtuvieron documentos judiciales del FBI que mostraron imágenes de las hijas de Loughlin y Giannulli utilizando ropa de entrenamiento y haciendo ejercicios para supuestamente lucir más creíbles como remeras y, así, entrar a la Universidad del Sur de California (USC), a pesar de que nunca habían practicado ese deporte.
LO QUE SE DICE
Esos documentos también incluyen correspondencia por correo electrónico entre el dueño de la marca Mossimo y el autor intelectual de la estafa, William “Rick” Singer, en los cuales hablan sobre las fotografías de las jóvenes y sobre si éstas garantizarían que las admitieran al equipo de remos del colegio.
Los famosos no sólo están acusados por falsificar los perfiles de sus hijas para su ingreso, sino también por emitir sobornos a figuras clave de la entidad a través de Singer; ambos se declararon inocentes previamente de los cargos de soborno, que se presentaron en su contra, y de 11 padres más involucrados, el pasado octubre.
ACUSACIONES
El dúo ha sido acusado también de pagar 500 mil dólares a Singer para que sus descendientes fueran reclutadas como atletas en la USC a pesar de no ser deportistas, aunque sus abogados argumentaron que ellos pensaron que el dinero que le estaban dando al organizador del fraude sería donado legítimamente a la universidad y no usado como un soborno.
Los defensores legales también dijeron que la fiscalía ocultó evidencia que demuestra que Singer recibió instrucciones de mentirle a Loughlin y a Giannulli sobre a dónde iría a parar su dinero por temor a que este dato exonerara a sus clientes, aunque la fiscalía negó que haya actuado de mala fe y que la evidencia fuera exonerada.