La Comandante le mete duro al gimnasio

Toda la rudeza que la Comandante despliega sobre el cuadrilátero se la debe a una sola persona: Pierroth

Ciudad de México

Y es que además de enseñarle a conducirse de la mejor forma con el público y sus compañeros, Norberto Salgado, nombre de pila del gladiador retirado, también fue muy insistente en la preparación y la entrega que debía tener la ruda en el gimnasio, pues esa era la clave para crecer.

“Me enseñó que no hay mujer débil, que tenía que pasar el mayor tiempo en el gimnasio, porque es ahí donde se hacen los fuertes y me dijo que pensara que yo no era una mujer sino un hombre, por eso cuando la gente me grita machorra o lesbiana me da risa, porque eso era lo que me decía Pierroth, ‘tienes que parecer hombre’ y pues ahora la gente es la que me lo expresa.

Pierroth me hizo ver mi suerte, pero me sacó la casta y se lo agradezco porque yo nunca pensé que podía cargar a un hombre y no pensé que pudiera trabajar contra ellos, pero lo hice”, recordó la Comandante.

Todas las enseñanzas recibidas de su mentor, la luchadora las aplicará para saldar una cuenta que tiene pendiente, que es rapar a Marcela.

“Hay algo que me falta por conquistar y es esa cabellera de Marcela, me gustaría verla humillada así como ella nos ha tratado a nosotras, ahora me gustaría verla llorando y siempre se lo he dicho ‘te voy a hacer llorar un día’ y se ríe de mí porque cree que no puedo y claro que puedo”, concluyó.