La antigua Fábrica Nacional de Vidrio reaparece bajo la Feria de Chapultepec

El descubrimiento de fragmentos de vidrio bajo la montaña rusa del que fuera el segundo parque de atracciones más importante de México ha hecho posible reconstruir la historia de una inmensa zona industrial y minera junto a Los Pinos

“Para la arqueología no hay testimonio menor. Unos simples cachos de vidrio pueden ayudar a reconstruir la historia”, dice la arqueóloga Liliana Márquez para explicar una técnica para entender nuestro pasado reciente que pasa una y otra vez de lo científico a lo detectivesco. Márquez es una de las investigadoras del Instituto Nacional de Antropología (INAH) encargadas de excavar bajo la montaña rusa de la Feria de Chapultepec, en busca de tesoros de cualquier tipo. Los modestos elementos de arqueología industrial que encontraron bajo el juego mecánico de La Feria —desmantelada tras un accidente ocurrido en 2019 y que dejó dos muertos — como fragmentos de tabique refractario y monogramas sellados en los fondos de vasos y botellas, dieron pie a una investigación casi policial que ha permitido sacar a la luz la ignorada historia de la Fábrica Nacional de Vidrio. La fábrica operó entre 1936 y 1969, décadas antes de que las autoridades de la capital cedieran los terrenos de la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec al Papalote Museo del Niño.


A partir de esos fragmentos de vidrio, los arqueólogos encontraron que la vidriera contaba con hornos de fundición que usaban como combustible el fueloil, por esa razón hallaron mucha escoria y algunos fragmentos de vidrio que se desperdiciaron en el camino. También descubrieron que aquella compañía empezó con un capital pequeño de apenas unos 6.000 pesos mexicanos y en el momento en que se asoció con empresas como Grupo Modelo y Pedro Domeq creció exponencialmente. “En ese momento comienza un crecimiento industrial hacia el poniente y es cuando llega Lázaro Cárdenas cuando se va a dar todo este impulso a estas industrias nacionales, cabe mencionar que desde Carranza existía la Fábrica Nacional de Cartuchos que sobrevive en la primera mitad del siglo XX. Era un espacio que contaba con recursos naturales, como agua y minas de arena, donde se concentran industrias importantes del país en la época de la Segunda Guerra Mundial.

Vista aérea de las instalaciones del parque de diversiones  La Feria en Ciudad de México el día 21 de julio de 2021. Este parque que permanece en el abandono desde hace más de 3 años, será demolido en los próximos días para dar inicio a la construcción de un nuevo centro de diversiones por parte del gobierno de la ciudad. 

Vista aérea de las instalaciones del parque de diversiones La Feria en Ciudad de México el día 21 de julio de 2021. Este parque que permanece en el abandono desde hace más de 3 años, será demolido en los próximos días para dar inicio a la construcción de un nuevo centro de diversiones por parte del gobierno de la ciudad.

La arqueóloga Liliana Márquez consultó el acta constitutiva que acredita que la Fábrica Nacional de Vidrio quedó establecida como sociedad anónima el 27 de mayo de 1935, con un capital inicial de 6.000 pesos, acciones repartidas entre cinco socios: dos industriales de origen español, Rutilo Malacara y Carlos C. Cubillas, y el resto mexicanos, Francisco Fuentes Berain, Virgilio M. Galindo y Antonio Berenguer Campos. El registro de la marca FANAL se realizó en 1975, dejando asentado que la sociedad anónima tenía ya cuatro décadas.

Con el tiempo, la Fábrica Nacional de Vidrio se convirtió en proveedora de empresas como la Casa Pedro Domecq y Cervecería Modelo. Para 1955, su capital ascendía a 15 millones de pesos. Tres años antes, sus obreros intentaron una huelga, y entre 1967 y 1969 fue víctima de incendios que terminaron por arruinar los hornos y bodegas.