Triste imagen se observa en una ciudad en constante crecimiento como Reynosa. Mujeres y hombres, que no tienen un lugar propio para vivir y algunos con problemas de salud mental, son vistos durmiendo sobre las banquetas y a unos pasos del palacio municipal.
Personas que podrían ser albergadas en lugares como la Casa del Indigente, tienen que vivir de la caridad pública cuando bien podrían descansar y alimentarse diariamente sin problema alguno en instituciones como la referida.