Independencia y libertad, festejos en Reynosa del 16 de septiembre

Las Villas del Norte del Nuevo Santander en lo que es hoy Tamaulipas, Laredo, Revilla (Antiguo Guerrero), Mier, Camargo, Reynosa y la entonces recién florecida Congregación el Refugio (el actual Matamoros), así como sus vecindarios de rancherías a lo largo del Río Bravo, quedarían inmersas en la lucha fratricida independentista entre 1811-1813

Cronista Municipal de Reynosa

Este miércoles 16 de septiembre, México cumplió 210 años del inicio de la gesta que traería su independencia, el fin como colonia de la Corona Española. En Reynosa al igual que en otras ciudades modernas del noreste mexicano nada se recuerda sobre los 11 años de la lucha independentista regional, que pudo haber perdurado en la memoria de sus habitantes, y haber sido recolectada de oídas por algún cronista local.   

Nos queda claro que el camino para conocer ese pasado remoto, es a través de investigaciones, utilizando publicaciones de la época y recabando la información que se encuentra en centenares de documentos históricos resguardados en archivos locales, estatales, nacionales y extranjeros.  Un ejemplo nos lo da el Archivo Municipal de Reynosa (AMR), el cual cuenta con más de 180 documentos relacionados con la Independencia de México.

En el noreste de México, el desarrollo de la insurgencia está ligado principalmente a los pobladores que habitaron las Provincias Internas de Oriente. Un área cultural y geopolítica que abarca actualmente los estados de Coahuila, Texas, Nuevo León y Tamaulipas. 

Las Villas del Norte del Nuevo Santander en lo que es hoy Tamaulipas, Laredo, Revilla (Antiguo Guerrero), Mier, Camargo, Reynosa y la entonces recién florecida Congregación el Refugio (el actual Matamoros), así como sus vecindarios de rancherías a lo largo del Río Bravo, quedarían inmersas en la lucha fratricida independentista entre 1811-1813.  

    Habían pasado 11 días desde el estallido insurgente del 16 de septiembre en los pueblos de Dolores y San Miguel el Grande, para cuando el gobernador del Nuevo Santander se enteró del levantamiento.  El gobernador Manuel de Iturbe e Iraeta recibió en la capital, la cual se encontraba en San Carlos, un comunicado del comandante Félix Calleja de la Décima Brigada en San Luis Potosí.  Durante los próximos meses, Reynosa entre lo primero que recibió fue información y retórica antirrevolucionaria del bando realista, entre lo que se narraba sobre las batallas en el Monte de las Cruces y en San Jerónimo de Aculco.

Años después que terminara el movimiento armado de Independencia el 27 de septiembre de 1821, los vecinos de Reynosa adoptarían los festejos de la gesta del día 16 de septiembre de 1810.   Los festejos tienen una larga tradición y arraigo en esta ciudad fronteriza.  

Festejos de la Independencia en Reynosa

Ignacio López Rayón fue el primero en conmemorar el 16 de septiembre en 1812, en Huichapan en el estado de Hidalgo, tradición que fue solemnizada en el documento el Sentimiento de la Nación por José María Morelos y Pavón (1813) y posteriormente declarado día festivo por la Constitución de Apatzingán (1814).   

Según documentos de las Secciones de Actas de Cabildo y de Circulares y Decretos del Archivo Municipal de Reynosa, en 1837, el gobernador del departamento, José Antonio Quintero, mandó que en el 27 Aniversario de “Nuestra Independencia Nacional” se solemnizara un acto, donde el pueblo manifestara sus sentimientos patrióticos. Para esta celebración pedía se designara a los ciudadanos de la Junta Patriótica del lugar, la cual recaudaría los fondos para dicha celebración, que se desarrollaría en unión con las autoridades tuteladas por el entonces alcalde Serafín González. 

De la circular se desprende que se venía conmemorando el inicio de la gesta de la Independencia de México desde antes de 1837, explicando que “la Junta Cívica” era nombrada para que “arregle [sic] como de costumbre la celebridad [sic]… de la que habla el señor gobernador.”    

En la Acta de Cabildo del 14 de septiembre de 1850, el ayuntamiento presidido por el alcalde Manuel de la Viña da cuenta de cómo se venía celebrando el aniversario del “Glorioso Grito de Independencia” en Reynosa. La primera ceremonia del día 16, desde años antepasados, se iniciaba en la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe.  Para los gastos del evento se hacía por una subscripción voluntaria de los mismos vecinos de la villa.

Curiosamente diez días después, el 23 de septiembre, los vecinos de Reynosa pedían permiso para solemnizar el 27 de septiembre, el aniversario de la entrada del “Ejército de las Tres Garantías” a la capital de la República, marcando el fin del conflicto armado de la Independencia de México. Esta proposición fue aceptada por el ayuntamiento de ese año, siempre que los pobladores cubrieran los costos que se originaran. Esta última festividad no perduró como costumbre en Reynosa ni en otros lugares de México.

El Acta de Cabildo del 3 de septiembre de 1856, durante la sesión presidida por el alcalde Juan Cárdenas, registra los siguientes datos sobre el festejo patrio en Reynosa: “a las doce de la noche del 15 de septiembre se enarbolará el pabellón nacional saludándole con un repique a vuelo, tres descargas de fusilería, vítores a los héroes de la patria y música.”  Esto confirma una antigua tradición para dar el grito en la noche del 15 de septiembre en Reynosa y otros lugares en México, que nada tiene que ver con la creencia de que este festejo era una tradición impuesta debido al aniversario del natalicio de don Porfirio Díaz.  El festejo del natalicio del Presidente se incluyó años más tarde, como lo narra un Acta de Cabildo a finales del siglo XIX.

A las ocho de la mañana del día 16 se efectuó una misa solemne donde participa los elementos de la corporación y principales personajes del pueblo, la cual es oficiada por el cura de esta villa. Acabado los rituales religiosos, la comitiva se dirigió a las Casas Consistoriales en donde se hizo un brindis en favor de la Patria. 

Por la tarde, se reúnen a las tres para el paseo cívico, concluyendo con un baile de gala ese mismo día 16 de septiembre.  Para esos festejos se mandaron poner cortinas en las Casas Consistoriales y por la noche se iluminaron los edificios.  Para esto se nombraron diferentes comisiones para la colecta del alumbrado, baile, fuegos pirotécnicos, música, etc.

El 2 de septiembre de 1857, los regidores Plutarco de la Viña y Eusebio Cantú fueron comisionados para organizar a los ciudadanos y solemnizar el evento del día de Independencia, “con la pompa más grande que se pudiese.” En ese año los festejos fueron secularizados a nivel nacional, ya no practicando las misas en la Iglesia. Aunque nos narra el fotógrafo Jesús Cavazos que, las campanas de la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe se utilizaron hasta 1974, cuando se restauró el segundo balcón del nuevo Palacio Municipal y se colocó una campana ahí para ese aniversario. 

La Junta Patriótica

En la Sección de Actas de Cabildo del Archivo Histórico de Reynosa (AHR), las sesiones de septiembre de los ayuntamientos presididos por los alcaldes Antonio Rodríguez de León (1873), J. M. Cavazos García (1875), Juan Domínguez (1884) y Plutarco de la Viña (1891) muestran la larga tradición donde se le asignaba a la Junta Patriótica (Cívica) para que acordara el programa de los festejos de la Independencia

En la Serie de Aportaciones de la Sección de Presidencia del mismo archivo incluye una serie de expedientes de estas Juntas Patrióticas. Estos documentos hacen referencia a las listas de ciudadanos que aportaban para dichos festejos. Unos días antes que las tropas del Imperio de Maximiliano ocupasen la villa en 1864, más de 80 vecinos aportaron desde unos cuantos centavos hasta nueve pesos para el homenaje, sumando un total de $92.75 pesos.  En estos registros se incluían también los recibos de los gastos hechos durante el festejo. En uno de ellos el consumo incluía una caja de coñac, dos canastas de champaña, una caja de pasas, una de almendras y una de vino tinto.  En otro recibo incluye cohetes, velas y un “tirabuzón” para la iluminación, dos botellas de coñac y tres de malaga; se incluía diferentes artículos de ornato para la plaza, así como invitaciones para el convite y la música para el baile. 

Para 1872, la Junta Patriótica incluía gastos sobre los mismos enseres, pero se hace alusión al mezcal y mechones para la iluminación del festejo. 

En el programa de festejos del día 15 de septiembre de 1873, se ilumina y adorna el salón municipal desde las ocho de la noche; invitando la Junta Patriótica a las autoridades federales, estatales, locales, así como a la ciudadanía en general para las 9 de la noche donde se encuentran los músicos tocando “piezas escogidas”. A las once de la noche se iza el “Pabellón Nacional” acompañado con una descarga de fusilería y un repique a vuelo, dándose al mismo tiempo el Grito de Independencia. Acto seguido se da lectura al Acta de Independencia y al Manifiesto del Congreso de Chilpancingo. Pasando este acto, el presidente de la Junta vitorea a los héroes de la Patria.

En la madrugada del 16, al Estandarte Nacional fue saludado con tres descargas de fusilería y un repique a vuelo de campana; la misma comitiva pasaría a las ocho de la mañana al salón municipal donde se amenizaba piezas musicales que eran alternadas con “brindis o composiciones literarias.” El grupo se integró a las nueve a un paseo cívico alrededor de la plaza principal, enalteciendo a los héroes de la gesta.  Éstos serían los antecedentes del desfile cívico-militar moderno. 

A las cuatro de la tarde se reunió la comitiva en el mismo lugar donde se preparó una tribuna coordinada por un “oráculo” (moderador) para que el ciudadano que gustase dirigiera palabras al pueblo.  En la noche iluminaron de nuevo las Casas Consistoriales y las particulares; preparando dos bailes, uno en la plaza y otro en el salón municipal. El resguardo aduanal donó al municipio una farola que fue utilizada en las noches del 15 y 16 de septiembre. Los enseres consumidos durante los festejos de la Independencia fueron muy similares a los empleados por las Juntas Patrióticas de 1873 y 1875. 

Himno Nacional

En el programa oficial del 82 Aniversario del Glorioso Grito de Independencia en 1892, la Junta Patriótica de Reynosa incluye el Himno Nacional dentro del festejo. Éste fue ejecutado a las 10:30 del día 15 de septiembre, antes que se diera lectura al Acta de Independencia. Después que el Presidente Municipal ondeara la Bandera Nacional y vitoreara la Independencia y a los Héroes de la Patria a las 11 de la noche, se volvió a entonar el Himno Nacional, dando un repique a vuelo y una descarga de fusilería.  El Himno empezó a usarse desde 1854 en México, pero fue oficializado a partir de 1943. 

Ese 16 de septiembre de 1892, el repique de campanas y las descargas de fusilería se repetirían ante el Pabellón Nacional al rayar el alba, a las 12 del día y a las 6 de la tarde. Los festejos cívicos y discursos se distribuyeron durante el día, repitiendo el Himno a las 4 de la tarde.  Entre las 8 y 11 de la noche se llevó una serenata en la plaza Hidalgo, quemándose en los intermedios fuegos artificiales. 

Fueron varias edificaciones en la historia de Reynosa que fueron inauguradas durante los aniversarios de la Independencia de México. El edificio conocido como Mercado Público Parián (en el actual Mercado Zaragoza) fue estrenado en el 72 Aniversario de la Independencia Nacional, en 1882.  La ampliación con un segundo piso de las Casas Consistoriales fue inaugurada solemnemente el 16 de septiembre de 1899, por el entonces Presidente Municipal, Juan Bautista Chapa.  La Escuela para Varones Miguel Hidalgo, aunque fue presentada durante el Primer Centenario de la Independencia de México, no abriría sus puertas hasta el siguiente año de 1911. 

El pasado martes, debido a la situación que se vive actualmente en el planeta, la celebración del 210 Aniversario de la Independencia de México fue encabezada en Reynosa por la Presidente Dra. Maki Esther Ortíz Domínguez en las instalaciones de la Octava Zona Militar. Durante el siglo pasado el Grito de Independencia se perpetuó como la más vieja tradición cívica que ha unido a los reynosenses año tras año enfrente del Palacio Municipal.   Pero ya en otras ocasiones tuvieron que mudar los festejos a otros puntos de la ciudad o cancelar el evento debido a un fenómeno meteorológico. 

El fotógrafo Jesús Cavazos nos narra que, en el año 1973, no se llevó a cabo la ceremonia del 15 de septiembre enfrente del Palacio Municipal, debido que la fachada y el balcón de ese edificio estaba en remodelación. En ese año el grito y el desfile se realizó por la calle Hidalgo, enfrente del Hotel San Carlos. Los festejos patrios de septiembre en el año 1988 fueron suspendidos por la presencia del Huracán Gilberto en la región. En los años del 2009 y del 2014, las ceremonias del 15 de septiembre fueron celebradas en el Parque Cultural Reynosa. Los festejos y desfiles de esos años serán narrados en otra ocasión.