Gibert Jeune, la mítica librería de París, está dejando de ser

Más que una librería, Gibert Jeune es –o está dejando de ser– una institución en París, en Francia y mucho más allá, y a nadie se le ocurría pensar que pudiera desaparecer. Oficialmente cerrará para siempre el próximo 31 de marzo.

Quizá se trate de la librería más emblemática del mundo. La espléndida fuente de Saint-Michel, en el Barrio Latino, cerrará oficialmente el 31 de marzo. “Con la desaparición de Gibert Jeune es una parte de mí mismo la que desaparece también”, confiesa el historiador Eric Anceau, citado en esta crónica por nuestra corresponsal en la Ciudad Luz, en la que repasa la historia a partir de la de su propio fundador, Gibert Joseph, quien en 1886 compró sus primeros libros de viejo para venderlos a la orilla del Sena.

PARÍS, Francia (Proceso).- Estanterías semivacías, pasillos desolados, presencia casi fantasmagórica de libreros, pasos furtivos de escasos clientes desamparados, peso del silencio…

Todo luce igual de tétrico en cada uno de los cuatro pisos de Gibert Jeune, histórica y mítica librería parisina de la Place Saint-Michel…

Encogen el alma los sillones de mimbre en los que ya no se sienta nadie para hojear las páginas de una novela, los mostradores en los que languidecen revistas de historia o ciencias y las largas mesas en las que yacen como náufragos libros de segunda mano.

“¡Una lenta agonía!”, murmura un librero de la sección de filosofía. Suena amarga su voz atenuada por el tapabocas.

“Es como oír los últimos latidos de un corazón… –confía mirando en derredor–. Nunca me imaginé que Gibert Jeune podía acabar así. En realidad nunca me imaginé que Gibert Jeune podía acabar algún día a pesar de las dificultades que enfrentaba. Sobrevivió a tantos acontecimientos en sus casi 135 años de existencia…”

Más que una librería, Gibert Jeune es –o está dejando de ser– una institución en París, en Francia y mucho más allá, y a nadie se le ocurría pensar que pudiera desaparecer.


 

Renace la esperanza pero el destino sigue golpeando: En noviembre de 2018 surge el movimiento de los Chalecos amarillos. A lo largo de un año, sábado tras sábado, miles de manifestantes desfilan en forma caótica por las calles de la Ciudad Luz, enfrentándose con las fuerzas de seguridad y perturbando profundamente las actividades comerciales de la capital.

A ello se añaden amplios y repetitivos movimientos sociales contra la reforma del sistema de jubilación que paraliza el transporte público durante semanas. Sin olvidar el incendio de Notre Dame en abril de ese mismo 2019, que aleja del Barrio Latino a los valientes turistas que aún se arriesgaban a visitar París

El golpe final lo asesta el coronavirus: El primer confinamiento nacional dura del 17 de marzo al 10 mayo de 2020. Sólo quedan abiertos los llamados “comercios esenciales”. Según las autoridades, las librerias no lo son. La medida provoca reacciones encontradas en la profesión. En realidad, la apremiante escasez de tapabocas y de gel hidroalcohólico lleva a muchos libreros a aceptar esa medida para su propia protección y la de su personal.

Con el segundo confinamiento (30 de octubre-15 de diciembre), la situación cambia radicalmente. El gobierno se empeña en calificar las librerías de “comercios no esenciales” y se topa con una resistencia férrea de libreros, lectores, escritores y editores. Se asusta el presidente Emmanuel Macron y se logra una tregua, con el sistema “clic y recoger”: Los clientes encargan sus libros por internet o teléfono y hacen colas en las puertas de las librerías para recogerlos. El sistema funciona con las librerías de barrio o de tamaño mediano, pero desfavorece a Gibert Joseph, que no puede mantener a flote el ex Gibert Jeune.

Amarga vuelta de la vida: El pasado 26 de febrero, en el momento en que toda la prensa gala lamentaba el cierre definitivo de la mítica librería del número 5 de la Place Saint-Michel, un decreto publicado en el Diario Oficial sumó las librerías a la lista de “comercios esenciales” en Francia: Podrán permanecer abiertas en caso de nuevo confinamiento.

De Profundis para Gibert Jeune