Jesús Azuara fue la figura ya que hizo la única anotación del partido, pero la mención de honor fue para toda la defensiva rojinegra que no permitió un solo punto y no solamente en este juego sino en toda la temporada.
El clásico resultó más peleado de lo que se esperaba.
Los Bravos ya eliminados, tenían todo que ganar y nada que perder, estaban en casa y por eso sacaron la casta para jugarles de tu a tu a los favoritos.
En el emparrillado las defensivas de ambos equipos acapararon los reflectores desde el primer minuto. Fue hasta el segundo periodo cuando se movió el marcador a favor de la visita. Los puntos llegaron por la vía aérea.
El mariscal de campo Jacob Ramírez (#7) soltó el brazo y con un pase de 30 yardas encontró a su receptor Jesús Azuara (#11) quien ingresó a las diagonales.