Ciudad de México
Con 96 años y 70 de mandato, la reina Isabel II demostró que para proyectar un estado anímico positivo, no hay edad que ponga límite al optimismo; dejó en términos de moda, un mensaje contundente y no verbal.
Floreció en su llamada “tercera edad”, el color se hizo su súbdito, los estampados, aunque discretos, hablaron del aprecio de la dama por el entorno natural y esos tintes que suelen iluminar al planeta, no importando sus vicisitudes.
COLORES VIBRANTES- La distinguían sus sombreros.