El día que Héctor Bonilla pidió votar por Morena

En 2012, Andrés Manuel López Obrador y su recién creado partido Morena recurrieron al actor Héctor Bonilla para que fuera el rostro de un spot que invitaba a darle la oportunidad a la nueva agrupación política

CIUDAD DE MÉXICO

En 2011, Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores fundaron Morena. Un año después y con miras a la elección presidencial de 2012, recurrieron al actor Héctor Bonilla para que fuera la cara de un spot que invitaba a la ciudadanía a darle “la oportunidad” a la naciente agrupación política.

Bonilla, quien falleció este viernes a los 83 años de edad, fue uno de los actores con los que Morena intentó legitimarse para acceder al poder.

“Soy Héctor Bonilla y no pertenezco a ningún partido. Soy un ciudadano y, como tú, ¡estoy harto de la forma en que nos han gobernado siempre! ¿Qué te parece la nueva cara del partido más viejo? ¿O qué opinas de 12 años de desperdiciar la alternancia? Somos millones los que podemos lograr un cambio verdadero. ¡Démosle la oportunidad a quien quiere gobernar con nosotros! Este 2012 ¡cambiemos la historia!”, afirmaba el actor en aquel momento.

Bonilla aseguró que no cobró “ni un centavo” por el spot de Morena

“Ya me odio yo mismo cuando salgo en la televisión. No es remoto pensar que también lo estén manipulando. He visto en el programa noticioso de Loret de Mola que en un corte comercial lo pasan dos veces seguidas”, señaló el actor en 2012, cuando fue cuestionado por la transmisión de su mensaje en televisión nacional.

El spot fue objeto de debate luego de que el Partido Acción Nacional (PAN) interpuso un recurso ante la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Federal Electoral (IFE) para retirarlo. Ante los señalamientos y presiones del organismo político, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resolvió finalmente retirarlo y no transmitirlo en las 21 entidades donde se realizarían elecciones ese año.

Los magistrados del TEPJF concluyeron por unanimidad que, si bien en los promocionales de Bonilla no se hacía un llamado expreso al voto, sí se proponía acompañar el proyecto de los partidos de izquierda (PRD, PT y Movimiento Ciudadano).

“Constituye propaganda electoral y constituye un posicionamiento de un partido a través del vocero correspondiente, y en estos momentos ya no está permitido legalmente realizar promoción electoral", señaló el magistrado Pedro Esteban Penago en aquel momento.

El protagonista de Rojo Amanecer, película que retrató los acontecimientos de la Masacre de 2 de octubre en Tlatelolco, durante el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, fue buscado durante años por los gobiernos izquierda en la Ciudad de México para ocupar algún puesto político.

“La última vez, Marcelo Ebrard Casaubón me ofreció jugar por la delegación Coyoacán; fue la última vez en que decliné en un puesto. El doctor Mancera me invitó a ser su coordinador de cultura y arte y ya platiqué ampliamente con él y le dije que la única forma en la que yo podría participar es sin cobrar un solo centavo, si acepta que tenga una participación honoraria así será”, declaró en 2012 durante un foro sobre Iniciativa de la Ley General de Amnistía y Reconciliación Nacional, promovida por el PRD.

El caso Aristegui

Héctor Bonilla fue uno de los actores que en su momento defendió a la periodista Carmen Aristegui cuando fue cesada de MVS por comentar el presunto alcoholismo del entonces presidente Felipe Calderón, al que calificó como un acto de censura y señaló que la Presidencia de la República debería aclarar si el jefe del Ejecutivo padecía esa enfermedad.

“Es inadmisible esta situación, toda la sociedad civil debemos de manifestarnos porque en este momento por el que atraviesa el país se trata de una acción que va en contra de la libertad de informar”, señaló Bonilla.

  • “Que se den cuenta que no estamos en la época de Díaz Ordaz, no es admisible por ningún concepto aceptar una decisión de esta naturaleza que es atrabiliaria y que ofende a toda la gente de bien de este país”, dijo al advertir que es un error del gobierno y de las empresas de medios pretender que los comunicadores se conviertan en el perro Nipper, “viendo la bocina y escuchando la voz del amo”.