Relata masacre de concierto en Las Vegas

Un par de botas de cowboy (vaquero) que Ashley Hoff nunca pensó que volvería a ver desataron una poderosa historia sobre el peor tiroteo masivo

Nueva York, EU

Un par de botas de cowboy (vaquero) que Ashley Hoff nunca pensó que volvería a ver desataron una poderosa historia sobre el peor tiroteo masivo en la historia moderna de Estados Unidos.

El filme que resultó, “11 Minutes”, es un relato desde el interior de la masacre de 2017 en un festival de música country en Las Vegas, y lo más importante, sobre cómo impactó en las vidas de aquellos que estuvieron ahí. Con una duración de más de tres horas, el documental de cuatro partes  estrenó ayer en el servicio de streaming Paramount+.

“Nunca me sentí más útil o más como si el universo me puso exactamente donde se suponía que debía estar”, dijo Hoff, productora ejecutiva de “11 Minutes”.

UNA TRAGEDIA

Parece un sentimiento extraño pues Hoff estaba en el festival el 1 de octubre de 2017, a cuatro filas del escenario, cuando Jason Aldean cantaba “Any Ol’ Barstool”. Hoff escuchó pequeñas explosiones que ella y su esposo, Shaun, desestimaron creyendo que eran fuegos artificiales, no la obra de un hombre armado que disparaba desde la ventana de un hotel cercano.

Hoff volteó a ver a su esposo y vio a alguien justo detrás de él herido de bala en la cara. Comenzaron a resguardarse contra el suelo y a correr de forma alternada, dependiendo de si escuchaban disparos.


  •  Una lección de valentía para muchos.

Al principio Warren dudó cuando le preguntaron si quería participar en la película, pues lidiaba con su propio trastorno por estrés postraumático (TEPT), y se sentía dudoso por la cobertura previa en los medios. Él y Aldean, quien dio su primera entrevista sobre Las Vegas a los cineastas, son vínculos importantes para la comunidad de la música country.

Hoff cree que su propia experiencia esa noche, incluso aunque no está incluida en el filme, ayudó a convencer a algunos de los involucrados para que hablaran.

En uno de los testimonios más impactantes, los padres de Carrie Parsons, una joven que murió por sus heridas, hablan sobre lidiar con la peor pesadilla imaginable para un padre, y cómo su tiempo para vivir su luto con el cuerpo de su hija se acortó.

“Van a cremar a mi hija en 10 minutos”, recuerda entre lágrimas Ann-Marie Parsons. “¿Cómo puedes lidiar con eso?”.

Después de que se detuvo el tiroteo, la policía dijo escuchar tonos de celulares al caminar entre los cadáveres que continuaban en el terreno del concierto, sabiendo que había personas desesperadas tratando de llamar a sus seres queridos para saber si estaban seguros.

Más allá de los asistentes al concierto, es impresionante ver a algunos de los rescatistas, quienes no suelen ser las personas más emotivas, hablar sobre cómo lidiaron con los estragos emocionales. “Me sentía como un hombre muy enojado, muy enojado”, dice en el filme Brian Rogers, jefe de operaciones de paramédicos.

La cuarta parte de “11 Minutes”, comienza al amanecer del 2 de octubre de 2017, y se enfoca en los lazos que se mantienen entre los supervivientes y algunos de los rescatistas.

ACTOS DE VALENTÍA

Es la parte favorita de Hoff. “Me gusta hacer ver a la gente que hay bondad al final, así que me quedo con eso”, dijo.

“Hay actos extraordinarios de valentía y seres humanos ayudando a seres humanos”, dijo Zirinsky, jefa de la productora See It Now Studios. “Ellos simplemente son personas regulares. En los peores momentos la gente se encontró entre sí”.

Zirinsky, expresidenta de CBS News, produjo “9/11” uno de los documentales más memorables que se hicieron tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, y considera “11 Minutes” la película más poderosa en la que ha trabajado desde entonces.

Aunque el filme habla del atacante, cuyas motivaciones siguen siendo un misterio, pues se mató antes de que la policía llegara a donde estaba, el filme no menciona su nombre a propósito. La omisión es casi como una forma de activismo: una serie de reportes de audio incluidos son cortados antes de que se pronuncie su nombre.