´El Triángulo de la Tristeza`

Confeccionada como una parodia y crítica, pertinente y oportuna a la alta sociedad y a los influencers esclavizados por su fama, llega a las pantallas de las salas del circuito cultural de cines del país, como la Cineteca Nacional, Cineteca Nuevo León y Cineforo de la Universidad de Guadalajara, el ‘El Triángulo de la Tristeza’

Visualizada por su autor, el sueco Ruben Östlund como una pieza dividida en tres partes, hilvanadas por la presencia de Carl (Harris Dickinson) y Yaya (Charlbi Dean), esta reconocida pieza cinematográfica mezcla los chistes soeces, los gags de vodevil, el concurso de vómito y la lucha de poder para darle estructura a su esencia.

BUENA RECEPCIÓN


Luego, el panorama se adentra a los opulentos millonarios que abordan el lugar y exhiben entre ellos sus carencias y fortalezas. Y también a la servidumbre, entre ellas Abigail (Dolly De León) y  también en El Capitán (Woody Harrelson) del barco, quien navega entre su alcoholismo e indiferencia.

“Es una crítica, es una sátira, es una paradoja, es un todo. Creo que este filme no tiene etiquetas, porque no la puedes clasificar, tiene un poco de todo y te enseña que una historia bien contada no tiene que ser necesariamente de un género, y sí, puede tener varias capas, varias lecturas en cuanto a su estilo”, apunta el mexicano Julio Chavezmontes.

{"quote":"El ‘Triángulo de la Tristeza’ viene de una expresión de Suecia; lo mencionamos cuando tienes un semblante agobiado, preocupado, pero ya se está volviendo un mito, porque mucha gente lo esconde con bótox”. Ruben Östlund, director"}, .