Acción y desesperación

Expertos militares asesoran a la producción para retratar la sala de crisis con realismo.

Idris Elba debe decidir entre apretar o no el botón rojo ante una situación desesperada: una crisis nuclear en tiempo real. El actor interpreta al presidente de Estados Unidos en "A house of dynamite", filme de la directora Kathryn Bigelow.

"No queríamos un retrato imitativo ni una figura distante. Buscábamos a un presidente confiable, un ser humano ante una decisión imposible", explica el actor, disc-jockey y productor británico.

¿Cuál es el enfoque de la película?

El thriller político, dirigido por la primera mujer ganadora del Oscar, está centrado en el corazón del poder estadounidense y además busca sacudir las conciencias y reabrir una conversación global sobre la fragilidad de los sistemas de seguridad.

"Bigelow me pidió abandonar la fachada y mostrar la soledad de quien tiene el poder y sabe que ninguna elección es correcta", comenta Elba.

Con su estilo semi documental, la cineasta decidió adentrarse en la ficción especulativa para alertar sobre un peligro propenso a ocurrir.

"La seguridad es una ilusión ahora mismo. Intentar parar una bala con otra bala, una locura", advierte Bigelow. "No ha pasado y ojalá nunca suceda, pero la esperanza es que la película fomente el diálogo que necesitamos para evitar un desastre nuclear, porque es increíble que sea un tema del que no se habla", añade la realizadora.


¿Qué revela el guion sobre la toma de decisiones?

El guionista del filme, Noah Oppenheim, quien también es periodista político, subraya el rigor de investigación manejado por Kathryn.

"Insistió en hablar con todos los que habían estado en esas salas, desde el Pentágono hasta la CIA. Queríamos entender con exactitud cómo se tomaría una decisión así. Lo más impactante es el poco tiempo que habría: entre 12 y 18 minutos. No más. Esperar que los seres humanos respondan racionalmente bajo esa presión es una locura".

Oppenheim explica también por qué el filme evita señalar a un enemigo específico.

"La realidad es que si se lanza un misil desde un submarino tal vez nunca sepamos quién lo hizo. La amenaza no tiene rostro, y eso asusta".

El guionista recuerda que durante la Guerra Fría había más conciencia pública sobre el riesgo nuclear, por lo que considera que el cine puede ayudar a recordarnos todo aquello que está en juego.

"Las personas que mejor conocen estas armas son, curiosamente, las más comprometidas con el desarme", indica refiriéndose a los militares que entrevistó para el largometraje, que ya está en la plataforma Netflix.