"Bestia": la venganza de la jungla

Una reflexión sobre el precio que la naturaleza debe pagar ante la invasión de los hombres, que todo lo destruyen con su irracional ambición para obtener beneficios pecuniarios de los recursos naturales

Ante el acoso permanente de los humanos depredadores que todo lo destruyen, la jungla africana cobra venganza despiadada.

RESEÑA

Bestia (Beast, 2022) es una reflexión sobre el precio que la naturaleza debe pagar ante la invasión de los hombres, que todo lo destruyen con su irracional ambición para obtener beneficios pecuniarios de los recursos naturales, principalmente los animales, a los que atrapan y aniquilan sin misericordia.

El comentario político señala que no debe haber quejas cuando hay una revancha de la Tierra y todas sus creaturas, contra quienes invaden territorios que debieran permanecer regidos únicamente por las mismas leyes que dictan la ecología y la pirámide alimenticia, con su cadena de cazadores y cazados.

Idris Elba estelariza la aventura llena de acción, con largos tramos de suspenso, en la que en su condición de viudo reciente, va de visita a la selva con sus dos hijas adolescentes, para visitar el pueblo de su difunta madre. Lo que parece ser una travesía de reencuentro con el árbol genealógico se transforma en una pesadilla, al ser acechados por un león enfurecido, que pudo escapar a una masacre de otros integrantes de la manada.

Por supuesto que la anécdota no podría desarrollarse, si no fuera por las tontas decisiones que se toman por montones, para comprometer la seguridad de los involucrados.

A diferencia de otras historias similares, en las que el animal avieso representa el mal inexplicable que ataca irracionalmente, en esta el felino tiene un motivo. Hay cazadores furtivos que los matan, para comerciar con sus cuerpos, tomando como mercancía sus cabezas, garras, colmillos, pieles, huesos. Como si tuviera consciencia de la presencia maligna de los hombres que cargan fusiles y que diezman la población en la sabana, este enorme león ataca para vindicar la especie. Matando a los intrusos, despedazándolos con furia, ajusta cuentas con la civilización, regresándole a los habitantes de la ciudad el daño que ha provocado entre las arboledas.

El director Baltazar Kormákur hace maravillas con un guion de pocos personajes en el que sobresale, por encima de toda la producción, el astuto manejo de la cámara. Los encuadres nunca se quedan estáticos. Las imágenes están en perpetuo movimiento como una anticipación de los esperados sobresaltos que provocará la fiera, que se encuentra permanentemente al acecho.

Hay personajes que entran y salen, desvaneciéndose sin explicación, pero lo que importa es ver el asedio a los integrantes de la familia que deben derrotar con astucia al atemorizante animal, que parece estar programado para la aniquilación violenta de personas, sin distinción.

Se presentan situaciones ya muy vistas en otras historias similares de tiburones, o lagartos o hasta un enorme perro en Cujo (Cujo, 1983), pero la novedad es la crítica hacia la afectación de los ecosistemas en el contexto del calentamiento global y el desorden de la explotación de las áreas verdes del planeta.

  • La cinta se concentra en una sola situación de supervivencia hasta llegar al esperado desenlace de la confrontación, que se resuelve con satisfacción.

Bestia mueve a contemplar cómo es la jungla profunda, donde abundan bandidos que roban los tesoros que la naturaleza mantiene cautivos en un hábitat apartado. Es justo que, en ocasiones, los profanadores paguen con su vida.