SUCCESSION
Tras dos años de espera, el primer episodio de la tercera temporada de la ganadora del Emmy Succession llega hoy a la pantalla, y su regreso es de lujo.
La acción arranca inmediatamente después de lo acontecido en el cierre de la segunda, donde Kendall Roy (Jeremy Strong) denuncia en conferencia de prensa los malos manejos de su padre Logan (Brian Cox).
De ahí en adelante arranca un emocionante enfrentamiento entre padre e hijo, más intenso que los que ocurrían detrás de las puertas de la compañía, ya que ahora es público.
Así, surgen las alianzas entre los integrantes de la familia, y la primera hora es una montaña rusa de emociones.
Si hay algo que siempre ha sabido hacer su creador y guionista Jesse Armstrong es manejar la dinámica de los integrantes del clan Roy, y balancear todo el drama con un delicioso humor negro.
Todo eso está de regreso, y da gusto decir que los primeros episodios de la nueva temporada son quizás más adictivos que los anteriores.
Parte del éxito es el talentoso ensamble de actores, encabezado por Strong, Cox y los maravillosos Sarah Snook y Kieran Culkin, que nuevamente tiene las mejores respuestas ante las situaciones de crisis.
Sin duda Succession es de lo mejor en televisión, para los que nunca la han visto es momento de ponerse al día, y para los que esperaban los nuevos capítulos ha llegado el momento de agarrar un bando.
TODO O NADA
La cinta dirigida por Peter Cattaneo y escrita por Simon Beaufoy tiene un encanto innegable que la convirtió inmediatamente en un clásico de la comedia británica. La anécdota es muy sencilla. Un grupo de desempleados de diversos tipos y edades, a los que se les puede acusar de todo, menos de guapos, deciden ganarse la vida quitándose la ropa, después de ver a la comunidad femenina llenar un lugar donde se presenta un espectáculo de strippers.
El chiste no está en el argumento, sino en la manera de contarlo, en lo entrañable de los personajes, en la carga de verdad que hay en las situaciones y en el júbilo desbordante con el que la cinta está hecha.
Cattaneo y Beaufoy se las ingeniaron para hacer una cinta sobre la crisis, la amistad, el valor de los sueños, la familia, la tolerancia y la autovaloración, en una comedia de carcajadas, sin pastelazos, ni escatologías, y con la profundidad suficiente como para dejar algo en el espectador. Fue nominada al Óscar de Mejor Película y ganó la estatuilla de Música Original.