THE CONJURING: THE DEVIL MADE ME DO IT
La nueva entrega de la serie fílmica basada en los archivos de Ed y Lorraine Warren se aleja de las historias de casas embrujadas para adentrarse en un caso de investigación sin precedentes que involucró instancias legales.
El Conjuro 3: El Diablo Me Obligó a Hacerlo narra el caso real de un joven que cometió un sangriento asesinato cuya defensa en tribunales pretendía demostrar que él se encontraba bajo la influencia de una posesión demoníaca al momento de cometer el crimen.
La investigación en el terreno de lo paranormal, obviamente, recayó en los Warren que llegaron hasta el fondo del asunto que puso a prueba so fortaleza personal individual y de pareja.
A diferencia de las dos cintas anteriores, dirigida por James Wan, magistrales en el manejo de los recursos del cine de horror, esta entrega se mueve más en el terreno del thriller, cambiando la tensión por los sustos.
Lo que hace que la historia funcione es la actuación de Patrick Wilson y Vera Farmiga, como Ed y Lorraine Warren, que tienen sus personajes perfectamente asumidos, una química estupenda entre ellos y una enorme solvencia actoral.
Finalmente, detrás de todos los elementos del género, hay una poderosa historia de amor que le da un impacto adicional a la película.
Si bien los espectadores que estén familiarizados con los filmes de la saga disfrutarán mejor de las referencias y homenajes incluidos, los que se acercan por primera vez también podrán entenderla sin problema, porque el manejo de la historia es totalmente independiente.
DRIVE
Un misterioso conductor, quien labora como doble en la industria del cine, tiene como trabajo extra ayudar a escapar de robos. El filme, que se llevó en Cannes un premio para su director, Nicolas Winding Refn, es un violento recorrido por las calles de L.A., con una sensación de película retro. Ryan Gosling, como el conductor al que jamás se le conoce el nombre, es hipnótico en su papel. Es un antihéroe silencioso, casi parece un robot, y sereno en apariencia, pero que puede sacar su lado brutal si lo provocan.
La británica Carey Mulligan también brilla como la indefensa vecina del protagonista, una mujer que ha vivido lo peor y que necesita de alguien que la proteja de lo que pueda venir en el futuro. Destaca también un Albert Brooks irreconocible como un mafioso. Es un filme difícil por su violencia, pero inolvidable por la manera en que el realizador danés lo va desarrollando poco a poco.