FEAR STREET (PART I): 1994
Basada en las novelas de R. L. Stine, La Calle del Terror (Parte I): 1994 es la primera entrega de una trilogía que mezcla el género “slasher” con elementos de corte sobrenatural.
Durante la primera mitad de la década de los años 90, un grupo de adolescentes descubren de primera mano, que una terrible maldición es la causa de tres siglos de terribles asesinatos que ocurren en su pequeño y pintoresco pueblo.
La cinta la dirige Leigh Janiak y tiene una narrativa poderosa que redefine el género y le da frescura, manteniendo la tensión y dando peso a cada uno de los giros de la trama y a los sustos, llevando la acción hasta sus últimas consecuencias en cuando a intensidad visual.
Los homenajes a cintas clásicas de la misma línea como Scream, Halloween, Viernes 13, La Noche de los Muertos Vivientes y Poltergeist, entre otros, le dan un toque de nostalgia que complementa y enriquece la visión contemporánea de la realizadora.
La producción está perfectamente bien lograda al igual que el conjunto de actuaciones que ofrece el elenco, totalmente acordes al género.
Naturalmente, la puerta queda abierta para las siguientes dos partes que prometen ser tan emocionantes y entretenidas como ésta.
La Calle del Terror (Parte II): 1978 se estrena el viernes 9 de julio y La Calle del Terror (Parte III): 1666 llegará el viernes 16 de julio.
ASALTO AL CINE
Chavos banda reales metidos a actores, representando sus propias problemáticas frente a las cámaras en una historia de ficción, es una propuesta arriesgada, porque el resultado puede carecer de interés para una audiencia general.
Por eso es excepcional lo que consigue la directora Iria Gómez Concheiro, que no sólo cuenta una historia de amistad a toda prueba, sino que además ofrece una visión detallada de todos los factores socioeconómicos y políticos que influyen en las generaciones jóvenes en el ámbito de los barrios populares.
Y sin dejar de ser cautivante y de gran impacto cinematográfico.
Filmada en locaciones reales, la cinta mezcla honestidad, realismo casi documental, con una trama que va del retrato entrañable al tono magistral de thriller en la secuencia del asalto del título.
La realizadora maneja a la perfección el lenguaje y los códigos de ese segmento social, nunca pierde la tensión dramática y pone a sus protagonistas al mismo nivel de calidad que los actores reconocidos que refuerzan el reparto.
(Edgardo Reséndiz)