FEEL GOOD
Luego de todos los conflictos que enfrentaron Mae y George en la primera temporada de Feel Good, toca el momento de que se vuelvan a reencontrar como pareja, para ver si tienen un futuro.
La continuación y a la vez conclusión de la serie británica sigue siendo una comedia con tintes de drama deliciosa, que tiene su mayor encanto en personajes muy bien definidos y actuaciones de primera.
Tras abandonar Inglaterra para ir a rehabilitación en Canadá, la standupera Mae regresa dispuesta a conquistar de vuelta a su chica George, que ya se encuentra más en paz con los conflictos que no le permitían salir del clóset.
Pero Mae nuevamente tiene secretos que la atormentan, un trauma de su infancia que se desencadena y que debe superar para poder tener una relación exitosa al fin.
Mae Martin y Charlotte Ritchie tienen muchísima química y la segunda puede liberar ahora su perfecto ritmo para la comedia.
Destaca también la maravillosa Lisa Kudrow, que regresa como la mamá de Mae, y aunque su participación es breve en unos cuantos capítulos, tiene una presencia que le roba las escenas a todos los que la rodean.
Lo mejor es que la serie tiene una culminación bastante satisfactoria, y aunque es muy corta como la primera, nos da la oportunidad de seguir disfrutando estos atormentados y muy humanos personajes.
Rara vez una segunda temporada es tan buena como la primera, y Feel Good lo logra.
ISABEL
Isabel Allende es la autora de habla hispana más leída en el mundo en los últimos 50 años.
Detrás de su obra que incluye títulos tan importantes como “La Casa de los Espíritus”, “De Amor y De Sombra” y “Paula”, hay una vida apasionante marcada por decisiones difíciles y dolorosas.
Planteada en formato de miniserie de sólo tres episodios, tiene un extraordinario trabajo de ambientación que recrea los años más importantes de la escritora, que inician con su niñez y concluyen con la publicación de “Paula”, la novela escrita en honor a su hija.
El guión de Jonathan Cuchacovich no tiene desperdicio y se centra más en la vida personal de la autora, reflejando las influencias familiares que dieron origen a “La Casa de los Espíritus”, por ejemplo.
La situación política de Chile durante la dictadura militar de Augusto Pinochet está ahí y es determinante en el desarrollo de su historia, pero no es el punto focal, como tampoco lo es el papel que jugó su nexo familiar con su tío, el ex presidente Salvador Allende.
Daniela Ramírez, en el papel de Isabel Allende, logra un retrato honesto, con las luces y las sombras de la personalidad de la escritora, sin glorificarla ni justificar sus errores, más bien dándole un carácter profundamente humano.
Vale mucho la pena.