En medio de dificultades, Rousseff pide renovar fe en Brasil
La presidenta brasileña Dilma Rousseff dirigió un mensaje a la nación el domingo en el que pidió renovar la fe en el país en un momento en que enfrenta un grave problema fiscal y un escándalo de corrupción que ahora envuelve a decenas de políticos de alto rango y a la petrolera estatal Petrobras.La mandataria pidió comprensión al decir que el país atraviesa por dificultades y estará haciendo correcciones y ajustes en la economía y aclaró que los problemas eran temporales y cíclicos.Usted tiene todo el derecho de enojarse y preocuparse, pero pido paciencia y comprensión porque esta situación es pasajera, aseguró Rousseff en un mensaje de 15 minutos grabado previamente.La presidenta mencionó brevemente la averiguación de la estatal Petrobras que el procurador de Brasil extendió el martes a una nueva fase para investigar a 54 políticos, entre ellos un exmandatario, una ex jefa del gabinete presidencial y los actuales presidentes de ambas cámaras. La fiscalía sostiene que hay indicios de que los políticos y exejecutivos de Petrobras recibieron sobornos de empresas constructoras que se beneficiaban al ser otorgadas contratos con la petrolera.Rousseff señaló que Brasil aprendió a aplicar duramente justicia contra los corruptos.Esto es, por ejemplo, lo que está ocurriendo en la investigación plena, independiente y rigurosa de los lamentables episodios contra Petrobras, expresó.Rousseff no ha sido implicada en el escándalo en el que según fiscales las constructoras pagaron al menos 800 millones de dólares para sobornar a políticos y ejecutivos de Petrobras a cambio de contratos sobrevaluados. Sin embargo, la popularidad de la mandataria ha sido dañada debido a que era cercana a la petrolera estatal cuando dirigió el Consejo de Administración durante varios años, incluyendo los años en que funcionaba el esquema de sobornos.Luego de que el procurador general Rodrigo Janot obtuviera la aprobación de la Suprema Corte para investigar a los legisladores, toda la atención se centró en políticos de alto rango, entre los que destacan Renan Calheiros, líder del Senado; Eduardo Cunha, que encabeza la cámara baja; y el expresidente y actual senador Fernando Collor de Mello. Ninguno ha sido formalmente acusado.El escándalo ya creó fricciones entre el presidente y las cámaras legislativas, incluso dentro de los partidos aliados de Rousseff que ocupan un lugar importante en la lista de políticos que están bajo la lupa. El malestar se manifiesta al mismo tiempo que el país requiere aprobar proyectos de ley para reducir las exoneraciones de impuestos para equilibrar sus cuentas públicas y reducir su deuda.Estoy segura de que vamos a contar con la participación decisiva del congreso nacional, que siempre ha cumplido con su papel histórico en los momentos que Brasil necesita, expresó Rousseff.