Su mente no está distraída como la de los demás, que piensan que regalos compartirán, que cenaran, en donde pasaran las fiestas decembrinas a donde viajar o pasear en familias. Ellos están enfocados en ganar un poco de dinero para seguir sobreviviendo en un ambiente hostil e indiferente como es la calle.
Ellos no están para andar elaborando listas de buenos deseos ni regalos, solo anhelan tener lo suficiente para irse temprano de las calles y descansar.
La suerte la echa el destino y de su empeño, compromiso y deseo de sacar el día, solo depende de ellos y de nadie más.
Todos los días del año se les puede observar en las esquinas de las avenidas y cruceros, tal vez usted los ha visto son: malabaristas, pedigüeños, vendedores de periódico o artículos, limpiavidrios, traga fuego, y mujeres que junto a sus pequeños hijos realizan suertes al aire para obtener unas monedas en instantes que dura el cambio de luz en el semáforo.