Cristina Cantú es también conocida como la payasita profesional “Chisquinititina”. Tiene un pequeño negocio por el rumbo de la colonia Petrolera, y la emergencia sanitaria por la pandemia por Covid-19 ha modificado sus actividades laborales. Hoy se encuentra ocupada en la confección y costura de cubrebocas y muñecos que ofrece a sus clientes sobre pedido en las redes sociales.
La emergencia sanitaria en México por el coronavirus ha inspirado nuevas fuentes de actividad comercial e ingresos para pequeños comercios que obligados por la situación económica que tiende a complicarse por su extensión, se recurre a experimentar nuevas áreas de negocios.
Cristina Cantú, propietaria del establecimiento “La Payasería” ubicada en la colonia Petrolera en Reynosa, refiere que su negocio ha dado un giro, pues las funciones de Payaso han sido sustituidas por la costura y elaboración de cubre bocas que se venden en promedio de 30 a 50 pesos.
“Estamos elaborando cubrebocas hechos con tela de algodón y cumpliendo la norma sanitaria, pues por causa de la emergencia por coronavirus mucha gente por la psicosis los compró en exceso y agotaron su existencia; hay algunos disponibles en el mercado, pero muy caros, hasta en 200 pesos.
“Nosotros los confeccionamos y los vendemos en 30 a 50 pesos, mucho muy económicos y con la misma capacidad de protección para las personas; es una modalidad comercial que más que negocio lo impulsamos como apoyo a la economía familiar y de paso, también nos ayudamos ante los efectos de baja en las ventas por esta contingencia”, dijo.
Los cubrebocas se diseñan a partir de personajes del cine, televisión y para los niños de superhéroes y con la imaginación y creatividad disponible, brindando además de la protección un poco de entretenimiento que permite la emergencia sanitaria y sus disposiciones.
Desde “La Payasería” se elaboran para chicos y grandes.