Guadalajara, Jalisco
Guillermo Sepúlveda, una de las máximas leyendas de las Chivas, falleció el pasado miércoles a los 87 años, quien fuera integrante de la época dorada del Campeonísimo, el “Tigre” presume en su palmarés 7 de los 12 títulos que tiene el Guadalajara. Férreo defensa que intimidaba a los rivales y ponía la garra que le dio origen a su apodo.
Jugó en el Rebaño durante las temporadas 1952-1966, siguió su carrera en el Jabatos de Nuevo León de 1966 a 1968 y la culminó en el Oro de Jalisco de 1968 a 1969.
Tuvo un breve paso como estratega donde dirigió a los Tecos de 1971 a 1973.
Hace un año, en mayo de 2020, el propio Sepúlveda contaba para CANCHA sobre su trayectoria.
“Es una cosa grandiosa que no le voy a encontrar respuesta, pero sí vale la pena que sepan que estar en mi lugar, en el lugar que Dios me dio, es de mucho orgullo y agradecimiento. Esas cosas importantes no se logran solas, hay que prepararse lo mejor posible con disciplina y dedicación, tienes que enfocarte en tu carrera para que todo salga bien”, decía.
Asistió a dos Copas del Mundo, en Suecia 1958 y Chile 1962, y fue reconocido por su trayectoria con el Rebaño y Selección Mexicana al ingresar al Salón de la Fama del Futbol en Pachuca en 2017.
“Uno de mis mejores recuerdos fue haber representado al País, ir a un Mundial es un privilegio. Fueron tantas cosas tan bonitas y algunas feas, pero una de ellas es haber sido escogido y llevar la camiseta de México en tu cuerpo”, recordaba.
Uno de sus paisajes más recordados fue en un Clásico Nacional cuando lo expulsaron y les aventó la playera a los azulcremas y les dijo: ‘¡Pinches americanistas, con esa tienen!’.
“Hablar del “Tigre” Sepúlveda es hablar de una institución, y sin equivocarme, es el mejor defensa de la historia por todo lo que dio al equipo.
“Era el líder, el bastión, solamente se jugaba con 3 defensas y él era el único central, y era el más alto y corpulento, cuando había que dar los trancazos, él era el que entraba al quite. Iba bien por arriba, era un poco limitado, pero eso lo suplía con su carácter. Sin lugar a dudas, una gran pérdida, pero quedará la leyenda”, contó el historiador del Guadalajara, Joel González.