No había ninguna flor. Unas plantas dominaban el planeta y tenían un sistema reproductivo complejo. Unos investigadores han descrito, en la revista Current Biology , el fósil más antiguo hallado hasta ahora de un vegetal y que muestra con claridad estas estrategias innovadoras de reproducción.
Según la investigación, un mismo esporangio (la estructura de las plantas, hongos o algas que produce y contiene las esporas) de una planta extinta que se parecía a un helecho desarrollaba dos tipos de esporas de tallas distintas. En la nueva evidencia descrita, la talla de esos elementos microscópicos, esenciales para la reproducción, variaba entre las 70 y 200 micras de diámetro (un cabello humano suelen medir entre 60 y 80 micras de diámetro). Para Andrew Leslie, uno de los autores e investigador del departamento de ciencias geológicas de la Universidad de Stanford (Estados Unidos), este descubrimiento es crucial.
Pero si este camino es tan crucial, ¿por qué las plantas de hoy en día ya no lo emprenden? “Es una cuestión clásica en la evolución”, asegura Leslie. “Quizás, en ese momento, dividir sus recursos y producir dos tipos de esporas tenía su lado bueno, pero luego, con el paso del tiempo, sus ventajas se fueron perdiendo”, especula el experto.
Los grupos actuales han ido perfeccionando las modalidades de sus sistemas de reproducción. “Las estructuras reproductivas de las plantas terrestres actuales, principalmente las de las gimnospermas [productoras de semillas] y angiospermas [plantas con flor], son mucho más complejas que las de estos fósiles”, añade Barrón, el investigador del IGME.
“Colarse en un momento de gloria”A Aina S. Erice, bióloga y divulgadora del reino vegetal, le resulta fascinante descubrir estrategias tan complejas en una planta tan antigua. “Su momento de gloria ya pasó, pero estas plantas olvidadas sientan las bases de las innovaciones para permitir a las otras plantas hacerse con el mundo”, explica la autora de El Libro de las plantas olvidadas (Ariel, Grupo Planeta, 2019). “Tener un fósil donde ves una planta que produce esporas de distintos tamaños en los mismos esporangios es como colarse en el proceso evolutivo. Es ver un instante que antes tan solo podías imaginar y especular”, concluye Erice. Sin embargo, es imposible tener la película entera de la evolución de las plantas, ya que un fósil no puede dar una visión completa de lo que existía.¿Qué planta actual supondría una fascinación similar para los paleobotánicos dentro de millones de años? “Tendría que ser una con una estructura tan compleja como esta…”, contesta Bonacorsi. “Y también seca y aburrida, como los dientes de león por ejemplo”, añade Leslie. Al cabo de unos segundos, ambos llegan a un acuerdo sorprendente: “las margaritas”.