Cuando Italia ganó el Festival de la Canción de Eurovisión con una presentación de glam-rock, la victoria fue más que un impulso psicológico para uno de los países más golpeados por el Covid-19: efectuado ante una audiencia en vivo de 3 mil 500 personas y bajo techo, el festival anual kitsch confirmó que Europa estaba regresando a algo parecido a la normalidad que era impensable tan sólo unas semanas antes.
Las infecciones por coronavirus, las hospitalizaciones y los fallecimientos están disminuyendo en todo el continente, después de que encabezó al mundo en casos nuevos a fines del año pasado en oleadas que costaron cientos de miles de vidas, obligaron a aplicar más confinamientos y abrumaron las unidades de terapia intensiva.
Ahora, las tasas de vacunación se están acelerando en todo el continente, y con ellas, la promesa de poder disfrutar unas vacaciones veraniegas en Ibiza, Creta o Córcega. Hay esperanzas de un renacimiento de un sector turístico que tan sólo en España e Italia representa el 13% del producto interno bruto pero que la pandemia puso fuera de combate.
POCO A POCO
“No hablamos de 2020. Hablamos de hoy en adelante”, dijo Guglielmo Miani, presidente del distrito de compras de lujo Montenapoleone de Milán, donde los turistas europeos y estadounidenses han comenzado a regresar poco a poco, atraídos en parte por reuniones presenciales con equipos de diseñadores y desayunos gratuitos en cafés icónicos. La esperanza es que los turistas asiáticos regresen el año próximo.