Destino: Desaparecer

A unos cuantos metros del Puente Internacional Reynosa-Pharr, se erigen algunas estatuas que pese a los embates del tiempo, se niegan a perecer. Se trata de colosales figuras cubiertas la mayoría, por hierba, polvo y olvido. Es el Lago Orizatlán, creado por Jerónimo Monterrubio quien buscó recrear la historia de México y Reynosa.

Lo poco que queda del Lago Orizatlán no es rescatable, por lo que a estas alturas sólo resta conservar la memoria histórica del lugar, afirma tajante Reynaldo López Olivares.El historiador regional explica que Lago Orizatlán fue fundado en el año 1966 por el doctor Gerónimo Monterrubio Cervantes (Q.E.P.D.), pero se trató de un hecho fortuito que nada tuvo que ver con el objetivo original de adquirir los terrenos. Abundó que Monterrubio compró el solar entre los años 1955 y 1956, pretendiendo dedicarlo a rancho ganadero, pero pronto se dio cuenta de la aridez de los terrenos y decidió cambiarle la vocación, dando paso con el tiempo a lo que se conoció como Paseo de Lago Orizátlan.El entrevistado refirió que el nombre se lo puso el doctor porque era originario de un pueblo llamado San Felipe Orizatlán, Hidalgo.“La fabricación de las estatuas estuvieron a cargo de un albañil de nombre Catarino Hernández, quien se basó en buena parte en lo que le explicaba el doctor” subrayó.Indicó que Lago Orizatlán fue una mezcla de historia patria, de la época Colonial hasta la Independencia, entremezclado con algunos hechos de tipo local como la conocida estatua del agente vial extorsionando a una persona que conducía un “vocho”.Relató que en el sitio había estatuas que representaban la época Precolonial, la Conquista, emperadores aztecas, la Noche Triste, el cura Miguel Hidalgo luchando contra la corona española, la Independencia, Benito Juárez y las Leyes de Reforma, entre otros pasajes de la historia de México.Refirió que Lago Orizatlán funcionó hasta el año 1977 cuando Gerónimo Monterrubio vendió a Juan Gastélum el predio completo. El nuevo propietario decidió suspender las actividades recreativas y en los años siguientes vendió porciones del mismo a empresas maquiladoras.La última división que se hizo de lo que fue Lago Orizatlán fue para dar paso al Puente Reynosa-Pharr.López Olivares comentó que las estatuas fueron hechas con cemento de mortero, un material muy barato pero de poca solidez, por lo que el simple paso del tiempo deterioró la mayoría de ellas.Las estatuas que todavía existen dijo, debido al material con que fueran hechas, sería imposible reubicarlas por ello están destinadas a desaparecer.