La película de “Rocky III” (1982) presenta al querido boxeador de Filadelfia en la cumbre de su carrera y más cercano al show. Pero es ahí donde encaró su pelea más complicada ante el luchador Terry Gene Bolea más conocido como Hulk Hogan, quien falleció esta semana.
En dicha cinta, Rocky Balboa (personificado por Sylvester Stallone) enfrenta a un luchador llamado Thuderlips, interpretado por el famoso Hulk Hogan, que en la década de los 80 era la estrella de la WWE.
La filmación de las escenas de la pelea entre Sylvester Stallone y Hulk Hogan fueron muy riesgosas ya que el actor no quiso utilizar ningún doble y recibió los golpes reales del gladiador, que lo lastimaron seriamente, según ha relatado el italoamericano en distintas entrevistas.
En la película, Rocky acepta una pelea de exhibición con fines benéficos ante Thunderlips, a lo que su entrenador Mickey (Burgess Meredith, QEPD) se opone temiendo precisamente una lesión que le afectara para sus compromisos boxísticos. Pero Rocky tiene la certeza que todo será un show para divertir a los asistentes.
Sin embargo, su rival lo tomó más en serio y le propina una golpiza a Rocky, quien recibió codazos, puñetazos al rostro y al cuerpo, rodillazos, le aplicó la quebradora y finalmente lo levantó para arrojarlo fuera del ring, donde cayó encima de los aficionados.
Stallone contó que, además de lesionarlo a él, Hogan también lastimó a los extras que eran los aficionados presentes en la pelea.
“Hulk Hogan pesaba más de 140 kilos. Hulk también daba los puñetazos más rectos que he conocido. Era un atleta impresionante que simplemente no era consciente de su propia fuerza. Lo crean o no, cuando saltó sobre el público para pelear con la gente, tres personas tuvieron que ser llevadas al hospital.
“Recuerdo un movimiento bastante violento en el que me tiraba contra una esquina, corría hacia mí atravesando el ring y me embestía como un toro; me saltó encima tan alto que su tibia me golpeó en la clavícula. Caí al suelo y durante 10 minutos tuve miedo de mirarme el hombro; sólo era capaz de decir ‘no me muevan, no me toquen’ porque estaba seguro de que mi hueso sobresalía. Por supuesto, no era así, pero les aseguro que no he sentido un dolor como ese en toda mi vida, ni antes ni después de aquel golpe”, contó Stallone.
Rocky se quita los guantes, regresa al ring y desata una serie de ganchos al cuerpo de su rival, luego aplica un candado al cuello, levanta a Hogan, lo avienta fuera del ring y al regresar el luchador justo suena la campana para señalar el fin del combate que termina en empate.
Años después, Hulk Hogan destacó la resistencia de Stallone: “Tengo que darle crédito a Sylvester Stallone. Aguantó todos los golpes, le rompí la clavícula por accidente”, admitió Hogan.