¡Barrida histórica!

Esperar 56 años para ser testigos del choque entre los equipos más ganadores de Grandes Ligas y Liga Mexicana de Beisbol valió la pena

Los fuegos artificiales terminaron por iluminar el pedazo de historia que se escribió en el libro del béisbol mexicano. Escrito en letras doradas, igual que el camino de cada una de las franquicias que le obsequiaron al fanático de la pelota 54 outs llenos de magia, donde los Diablos sacaron la escoba y barrieron 2-0 la serie a Yankees de Nueva York luego de imponerse 8-5 en el segundo juego amistoso.

La franquicia más ganadora de México puso dos palos de cuatro esquinas y se llevaron una serie de dos juegos en Ciudad de México, donde el gran ganador fue el béisbol mexicano.

Los neoyorquinos, con el orgullo tocado después de un domingo incómodo ante el quemante sol de la capital mexicana, salieron a buscar el encuentro desde el primer inning, sacando de forma prematura al abridor escarlata, Ronnie Williams.

José Treviño, que se fue del encuentro de 2-2 con dos impulsadas, le puso número a la casilla de los Mulos de Manhattan, después fue Kevins Smith, que puso el clavo en el ataúd a un Williams que despachó temprano a Anthony Volpe y Giancarlo Stanton, pero que no pudo cerrar la primera entrada.

El propio Treviño colocó una más para ampliar la ventaja de los casacas a rayas; sin embargo, el poder escarlata despertó ante un Luis Serna que dominó dos innings, pero que se desplomó en el tercero.

Se llenó la casa de diablos y de caballito el capitán, Juan Carlos Gamboa, rompió el cero escarlata. Y ahí llegaron los fuegos artificiales. Diosbel Arias, jornonero cubano de 27 años, estiró los brazos con doña blanca en el madero y se fue hacia su banda pegando un Grand Slam que hizo saltar a la gente de los asientos del Harp Helú.

El pitcheo neoyorquino, que exhibió la gran dolencia de la franquicia del Bronx, se mostró descontrolado y débil. Colocó a Rio Ruiz y a José Briceño en las bases, para que el capitán, "Haper" Gamboa los remolcara a la registradora con monstruoso madero de cuatro esquinas hacia el jardín derecho.

Una entrada bastó para que la nación escarlata se hiciera con la victoria, pese a los esfuerzos de una escuadra neoyorquina que arranca temporada regular el próximo jueves en el Minute Maid Park de Houston.

Giancarlo Stanton, gran figura del roster de Yankees que viajó a la capital, se fue del Harp Helú con cero hits en seis turnos en la caja.

La victoria se la adjudicó Érick Leal, que entró como bombero de Ronnie Williams, lanzando 2.1 entradas con una carrera limpia recibida y tres hits permitidos, recetando dos chocolates. La derrota se la lleva el mexicano, Luis Serna, que permitió cuatro hits, cinco carreras limpias, tres bases por bolas y otorgó tres ponches en 2.1 entradas lanzadas.

JOYITA DE JULIÁN ORNELAS

Hermosa joya a la defensiva regaló Julián Ornelas, jardinero central de los Diablos Rojos del México, que en la primera entrada del segundo juego entre Yankees y escarlatas, le robó un cuadrangular ni más ni menos que a Giancarlo Stanton.

En el primer turno del jonronero californiano de los Mulos de Manhattan, que este domingo se fue de 0-3, rompió la de 108 en dirección hacia la frontera entre el jardín central y el derecho; sin embargo, no esperaba la joya de Ornelas.

El tijuanense de 27 años midió la bola mientras se desplazaba a toda velocidad, y cuando todos observaban a Stanton recorrer las bases, se colgó de la pelota para sentenciar el segundo out de la entrada.

Stanton, que suma 402 cuadrangulares en su carrera en Grandes Ligas, únicamente siguió su camino hacia la caseta neoyorquina, luego de que fuera asaltado en Ciudad de México por un tijuanense en la Magdalena Mixhuca.