Coronavirus, la epidemia que ha paralizado a China

Una ciudad desierta y otras más en alerta son las imágenes que han puesto a China en los ojos del mundo por un motivo distinto a su crecimiento económico

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    El país, con más de mil 400 millones de habitantes, según datos de su Oficina Nacional de Estadísticas, se ha paralizado ante el coronavirus (Covid-2019), un enemigo que ha puesto a prueba todos sus recursos y experiencia para atender problemas de salud pública.

    “La epidemia del coronavirus es un demonio y no podemos permitir que se esconda”, dijo el presidente Xi Jinping hace unas semanas, en un discurso donde quedaba claro que la Comisión Nacional de Salud china pondría toda su energía en detener esta “extraña neumonía” sobre la cual se tiene tan poca información, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) tardó más de 40 días en ponerle un nombre oficial.

    Han pasado poco más de dos meses desde la detección del primer caso de coronavirus en Wuhan, ciudad de la provincia de Hubei, al centro de China, y el número de pacientes infectados sigue en aumento tanto al interior del país como más allá de sus fronteras.

    Hasta el momento, la Comisión Nacional de Salud de China ha actualizado el registro oficial a más de 45 mil contagios y la cifra de víctimas mortales ya se encuentra por encima de las mil defunciones. ¿Será que la cuarentena y las medidas preventivas llegaron demasiado tarde, como advirtió desde el comienzo del contagio el doctor Li Wenliang, quien falleció recientemente a causa del virus?


    El combate al coronavirus desde el frente chino


    Las autoridades chinas y los gobiernos de todo el mundo sostienen la idea de que tanto las consecuencias del coronavirus como el resultado de las medidas preventivas son aspectos impredecibles de la epidemia. El Departamento de Salud y de Servicios Sociales de los Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) fue muy enfático la semana pasada en plantear que el mundo debe prepararse para el peor escenario.

    El secretario del HHS, Alex Azar, y el equipo de médicos especialistas de la dependencia comentaron en conferencia de prensa que la prioridad es evitar que el coronavirus comience a contagiarse persona a persona en regiones al exterior de China, para evitar que se salga de control.

    Los expertos también comentaron que el peor escenario sería la llegada del coronavirus a regiones del mundo donde no se tengan los recursos para prevenir el contagio persona a persona, ocasionando un esparcimiento del Covid-2019 que le haga capaz de convertirse en un riesgo sanitario de grandes dimensiones.

    El riesgo no sólo es sanitario, también económico. Mientras la segunda economía más grande del mundo se detiene para atender a los miles de pacientes diagnosticados, la consultora Capital Economics estima que la epidemia costará 280 mil millones de dólares a la economía china.

    Particularmente, las multinacionales han respondido con medidas extremas y pronósticos desalentadores. En días previos, Nike, Adidas y Apple reconocieron que el coronavirus generará grandes pérdidas en sus ramos, además de que aerolíneas y restaurantes de comida rápida se han visto obligados a cerrar o cancelar sus servicios ante la emergencia.

    Mientras tanto, la parálisis de China se suma a las medidas restrictivas desde el exterior, muchas de ellas con tinte discriminatorio. Por un lado, se tiene a compañías dedicadas al turismo que han decidido negar sus servicios a población con pasaporte chino o de Hong Kong, mientras que, por el otro, los ciudadanos chinos han visto obstaculizado su ingreso a muchos países.

    Mandatarios como Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, han llamado a la unidad y a la no discriminación. En contraste, Estados Unidos habla sobre negar accesos a su país y ha declarado emergencia de salud pública ante el coronavirus, aunque el riesgo de contagio en la región norteamericana permanece bajo.

    En su discurso de ánimo al mundo, el embajador Qingqiao citó a la OMS y expresó que “es tiempo de hechos, no de miedo. Es tiempo de ciencia, no de rumores. Es tiempo de solidaridad. No de estigmas” y pidió a la comunidad internacional que “valore la epidemia de forma racional y tranquila”.

    Los extremos entre el mejor y el peor escenario se encuentran sobre la mesa de las autoridades sanitarias de China, pero también en la mira de los gobiernos del mundo. No obstante, los hechos desbordan las especulaciones y la expectativa global es que el país asiático no puede detenerse por el bien del mundo y de su gente, pues la carga global sobre sus hombros es grande.