Más estados de Estados Unidos le están solicitando a la Guardia Nacional y a otros elementos militares que apoyen al fatigado personal médico en hospitales y otros centros de atención saturados de pacientes con COVID-19.
Las personas que enfermaron después de rehusar vacunarse están abrumando los hospitales en ciertos estados, en especial en el noreste y en la región centro-norte. Nueva York, por su parte, dispuso el uso obligatorio de mascarillas en lugares cerrados a partir del lunes durante cinco semanas que abarcarán la temporada de fin de año.
“Estamos ingresando a un período de incertidumbre, y podríamos estabilizarnos aquí o nuestros casos podrían salirse de control”, advirtió la gobernadora Kathy Hochul el viernes.
En Michigan, la directora de salud, Elizabeth Hertel, también fue categórica: “Quiero ser perfectamente clara: Usted se está arriesgando a sufrir una enfermedad grave, a ser hospitalizado e incluso a morir” si no se pone la vacuna.
El promedio móvil de nuevas infecciones diarias en un período de siete días aumentó en las últimas dos semanas a 117.677 hasta el jueves, en comparación con los 84.756 del 25 de noviembre, el Día de Acción de Gracias, según la Universidad Johns Hopkins. El número de personas hospitalizadas con COVID-19 se ha incrementado a 54.000 en promedio, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés).
En tanto, el país se está acercando a la cifra histórica de 800.000 muertes por COVID-19. Más de 200 millones de estadounidenses, aproximadamente el 60% de la población, tienen el esquema completo de vacunación.
En Maine, donde la pandemia alcanzó su nivel más alto esta semana con casi 400 pacientes hospitalizados con COVID-19, fueron convocados 75 miembros de la Guardia Nacional en un intento por impedir que los enfermos tengan que pasar a las unidades de terapia intensiva suministrándoles anticuerpos monoclonales, y también para que efectúen otras tareas que no son de índole clínica.
Maine tiene una de las tasas de vacunación contra el COVID-19 más altas del país —73%—, pero muchas zonas rurales del estado están rezagadas.
La Guardia Nacional de Nueva York indicó que envió 120 médicos del Ejército y técnicos médicos de la Fuerza Aérea a 12 asilos e instalaciones de atención a largo plazo para relevar al personal agotado.
El doctor Paolo Marciano, director médico del Hospital Beaumont en Dearborn, Michigan, dijo que fue un “gran salvavidas” recibir la ayuda del Departamento de Defensa, que asignó al estado más de 60 médicos, terapeutas respiratorios y personal de enfermería.
“Nos permitió atender a pacientes con COVID y al mismo tiempo mantener el nivel de atención que necesitan los pacientes con cáncer o personas con enfermedades crónicas”, señaló Marciano. “En este momento estamos apenas con la cabeza por encima del agua”.
La disposición en Nueva York sobre el uso obligatorio de mascarillas abarca todos los lugares públicos cerrados, a menos de que el lugar o establecimiento exija la vacuna. El estado efectuó más de 68.000 pruebas diagnósticas que resultaron positivas al virus durante un período de siete días que concluyó el miércoles, la cifra más alta para cualquier periodo de ese tipo desde febrero.