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Amor al padre

  • Por: José Luis Esquivel
  • 21 / Junio / 2015 -
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Amor al padre

MENSAJE. A través de sus escritos, Armando Fuentes Aguirre recalca el significado del amor paterno e insiste en reclamar la atención de aquellos que no valoran a sus progenitores.


Si la canción de Alberto Cortés “Cuando un amigo se va” quiere subrayar la dimensión de una partida dolorosa, habrá que imaginar el boquete enorme que dejó en el espíritu de Armando Fuentes Aguirre una muerte, poco equiparable a cualquier otra muerte: la de su padre, don Mariano Fuentes Flores, en abril de 1970. 

Por eso, este hombre tan sensible al calor hogareño no se cansa de recalcar en sus escritos el significado del amor paterno e insiste en reclamar la desatención de aquellos que no valoran la presencia de sus progenitores en su vida, como en algunos de sus textos.

---Yo quise mucho a mi padre---afirma el escritor de Saltillo---. Por él aprendí a jugar ajedrez pero jamás le di un beso. No se acostumbraba entonces. Y también por él, o mejor dicho, en lugar de él acompañaba yo a mi madre al cine, porque a él no le gustaban mucho las películas.

Por ese amor al padre, Catón se ha inspirado para llamar la atención de aquellos que no son buenos hijos.

---Mi padre me llama mucho por teléfono---decía un hombre joven---, para pedirme que vaya a platicar con él. Yo voy poco. Ya sabes cómo son los viejos; cuentan las mismas cosas una y otra vez. Además, nunca me faltan bretes: que el trabajo, que mi mujer, que mis hijos…

---En cambio ---le dijo su compañero---yo platico mucho con mi papá. Cada vez que estoy triste voy con él. Cuando me siento solo, cuando tengo un problema y necesito fortaleza, acudo a él y me siento mejor.

---Caray--- se apenó el otro---. Eres mejor que yo. Soy igual----respondió el amigo con tristeza---.Visito a mi padre en el cementerio. Murió hace tiempo.Mientras vivió tampoco yo iba a platicar con él. Me hace falta ahora su presencia, y lo busco cuando ya se me fue.Tú platica con tu padre hoy que lo tienes; no esperes a que esté en el panteón como hice yo.

En su automóvil iba pensando el muchacho en las palabras de su amigo. Cuando legó a su oficina dijo a su secretaria:

---Comuníqueme, por favor, con mi papá…

---Nunca será igual festejar a la madre, que festejar al padre---sostiene el también periodista---. Como quiera, es el hombre por el cual también nos fue dada la vida. Y justo es reconocer sus méritos y no abandonarlo jamás, especialmente en la edad adulta.

De ahí que, al conjuro de este pensamiento, Catón ha bruñido frases y recomendaciones, y más de un lector ha sido sacudido en su interior cuando se planta frente a este otro texto que es un reclamo a los hijos que se olvidan de sus padres por darle preferencia a sus nimiedades.

---Habló tu papá. Creo que deberías ir a verlo; ya hace más de un mes que no sabes de él.

---¿Otra vez? Carajo, tu ves el trabajo que he tenido. No me queda tiempo para nada. ¿Le pasa algo?¿Está enfermo?.

---No, parece que se ha sentido bien, pero dice que ni por teléfono ha podido hablar contigo; que en la oficina le dicen siempre que no estás.¿Por qué no le das una vuelta?.

---Hoy no puedo; a ver si el próximo domingo, si es que no nos llaman los compadres. Si vuelve a hablar, dile nada más que uno de estos días le caemos.Y ahorita vengo.

--¿A donde vas?.

---A pasear al perro……

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