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A cien años de la toma de Reynosa por el movimiento almazanista, 2 de julio de 1918

Cuarta y última parte

Iñigo Noriega en una de sus propiedades en el centro de México, era el accionista mayoritario de la empresa “La Suteña” en lo que es ahora Río Bravo; encabezaba el apoyo a los rebeldes desde el lado americano en 1918. Postal proporcionada por José María García Báez del Archivo Familiar José Luis Solana-Martino.A cien años de la toma de Reynosa por el movimiento almazanista, 2 de julio de 1918

Hasta ahora era totalmente desconocida en la historiografía regional la fecha en que el caudillo revolucionario Juan Andreu Almazán invadió sorpresivamente a Reynosa. El primer Cronista Municipal de Reynosa, don Donato Palacios Sáenz, publicó dentro de una nota periodística un breve recuento de este último hecho de guerra en Reynosa. Desafortunadamente, don Donato embrolló el mes de junio por el de julio, dando una fecha errónea. 

Lo mismo podemos decir de la reciente publicación “Posrevolución y estabilidad, Cronología (1917-1967)” del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, INEHRM. Esta publicación dice que “la ciudad de Reynosa, Tamaulipas, es tomada por el rebelde Juan Andreu Almazán, el 28 de julio de 1918.”

Es gracias a los diferentes telegramas preservados principalmente en la “Sección de Comunicaciones de Presidencia,” en el Archivo Municipal de Reynosa (AMR), que conocemos la fecha exacta de la intervención de los rebeldes: el día 2 de julio de 1918. Durante los días siguientes a la breve ocupación de la villa, las autoridades locales intercambiaron información a través de telegramas con las principales instituciones gubernamentales en otras ciudades del Estado. El mismo medio fue utilizado por el Cónsul de México en Brownsville para comunicarles las noticias a sus superiores.

La historia del día 2 de julio de 1918 en Reynosa quedó registrada en diferentes escritos, interpretados por las facciones que luchaban entre si en ese año. A continuación, incluimos tres versiones de ese mismo suceso. 

La versión de la prensa 

El 6 de julio de 1918, en el diario gobiernista “El Pueblo” mencionaba que el tráfico ferroviario entre Monterrey y Matamoros había quedado suspendido por una partida de bandoleros, al mando de Juan Andreu Almazán. Estos habían cruzado la frontera tratando de amagar dicha vía del tren. El día anterior el General Carlos Osuna, jefe de las operaciones militares en el noreste, salió con suficientes hombres para iniciar una enérgica batida a la gavilla de Andreu Almazán; opinando que el tráfico con Matamoros quedaría en breve reanudado.

El 7 de julio, el mismo diario informaba que los Generales Juan Andreu Almazán y Eugenio López merodeaban al frente de pequeñas partidas de alzados por los poblados pobremente custodiados en el Estado de Tamaulipas. Estos habían intentado ocupar la plaza de Reynosa. La noticia decía que por pocos momentos Andreu Almazán y López habían permanecido con su gente, en las afueras de Reynosa, pues una columna de soldados carrancistas, destacada por el jefe de operaciones militares en Tamaulipas, logró evitar que los “facinerosos” se introdujeran en la población y cometieran las fechorías que acostumbraban. 

La nota en el diario terminaba diciendo que los bandoleros habían huido ante el empuje de las tropas del gobierno, dirigiéndose hacia la frontera con los Estados Unidos. Días después, el 14 de julio de 1918, el diario “El Informador” de Guadalajara publicaba que Luis Caballero se había unido con los cabecillas Andreu Almazán y Luis Gutiérrez, quienes trataban de interrumpir la comunicación ferroviaria entre Tamaulipas y Nuevo León. 

La nota apuntaba que un considerable número de tropas emprendía la persecución de los rebeldes. Se especulaba que un primer encuentro sería en estación Altamira (sic por Los Aldamas). Se asegura que fue muerto el llamado General Nicolás Martínez. Un Teniente Coronel de apellido Iglesias, llegó herido de sus dos piernas a la Ciudad de Brownsville, según un informe del agente felicista en ese poblado. 

La versión de los agentes felicistas

Guillermo de la Rosa fue uno de los agentes más leales a Félix Díaz durante la revolución; en 1918, éste coordinaba la información para los felicistas desde la Ciudad de Nueva Orleans. El 9 de julio de 1918, desde Brownsville, el agente felcista Coronel Francisco de P. Álvarez le envió información sobre la captura de la plaza de Reynosa; mencionaba que nadie se lo esperaba y que las autoridades carrancistas se empeñaban en asegurar que no tenía importancia.

Según el Coronel, la captura era relevante por diferentes razones, pues durante la ocupación de Reynosa, los rebeldes recogieron armamento, municiones en buen número, caballos, víveres y algún dinero. Mencionaba que Andreu Almazán se marchó por el camino que iba para el Charco Escondido (actual Congregación Garza) sin que sus hombres cometieran un solo desmán, dando una verdadera demostración de lo que era el “Ejército Reorganizador Nacional”. 

Contaba el Coronel Álvarez, que en Matamoros se encontraba en pánico por su cortísima guarnición de soldados, pues se aseguraba que esa plaza sería atacada de un momento a otro por Andreu Almazán. El Coronel recibió un día antes un nombramiento como Delegado Militar de parte del General Aureliano Blanquet, por lo que escribía sobre las posibilidades de expandir las actividades de los rebeldes en la frontera. 

Unos días después, el 11 de julio, el mismo agente notificó a Nuevo Orleans que la autoridad militar en Matamoros sabía que el General Almazán se encontraba a 20 millas del poblado de Mier, listo para atacar esa plaza. Desde la mañana había salido un tren militar con pocos hombres desde Matamoros y tal vez otro desde Monterrey, pero consideraba les fuera imposible alcanzar a los rebeldes, pues los trenes pasaban por Camargo, bastante lejos de Mier.

La versión del Cónsul carrancista 

El 31 de julio de 1918, el Jefe del Departamento Consular, Juan B. Vega, envió correspondencia reservada al General Juan Barragán, Jefe del Estado Mayor Presidencial del Gobierno de Venustiano Carranza. No sería hasta el 8 de agosto, que se hizo del conocimiento en Palacio Nacional al Presidente don Venustiano Carranza de este escrito sobre la captura de la Plaza de Reynosa por los rebeldes al mando de Juan Andrew (sic) Almazán.

El Cónsul de México en Brownsville, Texas, desde el 10 de julio informó en un oficio a la Secretaría de Relaciones Exteriores sobre la captura de Reynosa. El día 2 de julio de 1918, el Cónsul (muy probable el Cónsul José Z. Garza) había enviado un telegrama a México con una información previa. Hizo una gira en automóvil acompañado del Agente de Vigilancia Americana, mencionado como el Sr. Gray, por toda la orilla del río; desde la Ciudad de Brownsville hasta el poblado de Hidalgo, Texas, frente a Reynosa, Tamaulipas. 

En varios puntos durante la gira, el Cónsul conversó en los destacamentos de las fuerzas anglo-americanas, con sus jefes, para que redoblaran la vigilancia, como lo hicieron. Esto era para que los sediciosos no recibieran provisiones de “boca y guerra” de sus simpatizadores refugiados en el lado americano; pues tan pronto como se supo en Brownsville lo acontecido en Reynosa, los reaccionarios se pusieron en movimientos, saliendo en autos en diversos grupos con el fin de ayudar a los sediciosos. 

Los personajes

Entre dichos reaccionarios se puede anotar al Dr. Miguel Barragán, Iñigo Noriega y Sancho Luna, este último según era el yerno del señor José Dubalon (Duvallon), quien fuera Director de la Comisión Agraria en la Capital de Tamaulipas, antes del levantamiento de Caballero. El Ing. Duvallon había sido uno de los administradores del latifundio La Sauteña, cuyo principal propietario era don Iñigo Noriega. A principios de 1918, Sancho Luna es mencionado como un ferviente opositor al gobierno de Carranza; también había participado en el grupo corporativo de la Sauteña. El Dr. Miguel Barragán Flores fue en diferentes ocasiones Cónsul de México en la Ciudad de Brownsville y alcalde de Matamoros durante el porfiriato. 

En la población de Hidalgo, Texas, el Cónsul carrancista se informó de que a la cabeza del grupo de rebeldes que entraron a Reynosa venían los llamados Generales Juan Andreu Almazán, Eugenio López, Luis Gutiérrez y un tal Miranda. Con Andreu Almazán venía el matamorense, Eugenio López González, quien había sido el General en Jefe de la 5ª división del Noreste y Comandante Militar del Estado de Tamaulipas antes que apoyara el levantamiento de Luis Caballero, como se mencionó en la nota anterior en este diario. 

Luis Gutiérrez Ortiz era el excandidato a la gubernatura de Coahuila; era hermano del coahuilense don Eulalio de los mismos apellidos, quien había sido Presidente de México asignado por la Convención de Aguascalientes. 

La toma de Reynosa 

Según la información dada por el Cónsul carrancista, las tropas de los rebeldes permanecieron en la plaza solamente unas cuantas horas, entraron a ella a las cuatro de la madrugada más o menos, y salieron como a las 10 de esa misma mañana; según los mismos sediciosos dijeron esperaban que el General carrancista Ildefonso Ramos los atacara como a las dos de la tarde, pues venía en su persecución. 

Esto no sucedió debido a que el general carrancista no llegó a Reynosa hasta las 4 de la tarde, ocupando la plaza inmediatamente; los revoltosos ya habían salido desde la hora citada. El Cónsul explicaba que los subversivos se encontraban en desventaja, ya que se efectuaba una vigilancia muy estrecha en toda la frontera, que evitaba la comunicación para que recibieran los rebeldes ayuda de sus partidarios del lado americano. Decía el Cónsul que su oportuna gira por la frontera había sido eficaz en el control de los rebeldes. 

Según documentos de la Sección de Comunicaciones de Presidencia del AMR, a la una de la tarde del día 1º de julio, un día antes del asalto a Reynosa, 12 hombres montados y armados se presentaron en el rancho del Sr. Pedro Cantú en la “Encargatura de Reynosa Díaz.” Ahí mataron un animal menor para comer; ya para retirarse los bandoleros, arribó un hijo de Luis Garza Sáenz a dicho rancho. A este joven le quitaron su caballo y su montura, llevándoselo para la leva. 

El 2 de julio, en Reynosa se sabe que las gavillas que seguían a Andreu Almazán habían destrozado los aparatos de la Oficina de Telégrafos Nacionales. Dos días después, las averiguaciones sobre los daños fueron enviadas al Juzgado del 2º Distrito en Nuevo Laredo. Ese mismo día, otra averiguación fue enviada a ese Juzgado exponiendo la sustracción de fondos de la Oficina del Timbre.

Juan Andreu Almazán continuó con su lucha en los alrededores de Reynosa y los municipios aledaños hasta el año de 1920. Su lucha fue reconocida por la población rural en los estados del noreste, pero esa historia será contada en otra ocasión. 

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En este telegrama del 5 de julio de 1918, el gobernador de Tamaulipas, Andrés Osuna se da por enterado de la toma de Reynosa por la gente de Juan Andreu Almazán e Isidro López. Sección Comunicaciones de Presidencia del AMR.

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Dr. Miguel Barragán Flores,  quien fue cónsul en Brownsville y alcalde de Matamoros durante el porfiritaro, apoyaba al grupo acaudillado por Andreu Almazán en 1918.





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