Un caos que todos sienten y nadie ve
La llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos es no una tragedia como la han querido hacer ver la mayoría de los medios de comunicación de todo el mundo. La llegada de Trump es un reflejo del malestar de la clase media norteamericana que se ha visto empobrecida en los últimos 20 años. La perspectiva del Presidente Trump de que los EU han perdido con los tratados de libre comercio es acertada, no es simplemente un discurso electorero.
Este fin de semana, en Roma, se reunieron los líderes de los 27 países que conforman la Unión Europea, su discurso firme fue embestir contra los nacionalismos que están reventando por toda Europa. Lo ocurrido con el Brexit, se les puede repetir si en Francia gana las elecciones Marine Le Pen, líder antisistema de la Francia nacionalista. Algunos la acusan de ultraderechista, desde mi personal perspectiva y atento a hacer justo su discurso más bien es una nacionalista ultra Francesa. Por eso la preocupación que además se les viene encima de la mano de una migración indocumentada de épicas proporciones jamás vista, creo yo desde la invasión de las hordas hunas.
Los líderes de Europa están muy preocupados pensando el peligro que representa la llegada al poder de estos líderes nacionalistas, sin querer entender el fondo del problema, empeñados en desentenderse que son ellos los principales promotores del ascenso al poder de estos líderes. Aclaro; muchos de ellos manados del sentimiento popular y con la razón en su discurso, como Donald Trump, Marine Le Pen o Pablo Iglesias. Ya sean de derecha o izquierda, ellos son el resultado de las políticas de liberación arancelaria, que ha dado como resultado el empobrecimiento de la clase media.
Si con seriedad analizamos el discurso del Presidente Trump, en el cual dice que los EU han perdido con los tratados de libre comercio con su déficit comercial superior a los 500,000 millones de dólares y lo contrastamos con el déficit comercial de México de 32, 500 millones de dólares, solo nos queda una pregunta; ¿Si EU pierde y México pierde, quien gana? La respuesta es muy fácil: Las grandes corporaciones.
Esas que financian a los líderes que hoy se oponen al ejercicio nacionalista que devolvería los aranceles al mundo, truncando su gran negocio. Esas grandes corporaciones que dueñas de los medios de comunicación, con un poder económico enorme que les permite hacer de los gobiernos títeres de sus intereses. Son los peces gordos devorando a los pequeños del estanque, hasta que éstos se queden solos y empiecen a canibalizarse. Esto ha ocurrido antes, cuando el liberalismo económico de finales del siglo XIX. La consecuencia de aquella liberación arancelaria ocasionó la Revolución rusa, la mexicana, la primera y segunda guerra mundial. Comparar a Trump con Hitler, pareciera exagerado y hasta ofensivo, pero tienen como coincidencia los tiempos electorales en medio de una grave crisis de empobrecimiento y explotación laboral. Yo creo que Trump está muy lejos de ser un Hitler pero ambos llegan al poder empujados por ese sentimiento nacionalista del pueblo urgido de justicia social.
En los EU, al mismo tiempo, de la misma forma que Hitler, Franklin D. Roosevelt llegaba a la Casa Blanca, señalado por el gobierno del Presidente Hoover de ser un populista y socialista. Ambos, Hitler y FDR sacaron de la crisis a sus respectivos países, el problema con Hitler es que su éxito fue tal que lo llevó por la senda de la violencia y el empoderamiento militar.
Con esto quiero hacer notar, amigo lector, que las olas migratorias, las revueltas en el mundo árabe, la pobreza extrema en África, la ingobernabilidad en Sudamérica, y hasta la violencia en México tienen un origen en común; El Neoliberalismo económico.
Si, ese que se defiende apuntando los cañones propagandísticos contra los liderazgos nacionalistas como el de Trump, Le Pen, Iglesias, Correa o López Obrador. Porque ellos son los dueños del dinero, ese que no llega al bolsillo del obrero o el campesino. A ellos solo les preocupa sus estados de resultados al final del trimestre y si para ello los gobiernos deben endeudarse, frenar el aumento salarial, compensar con ayuda social, privatizar todo, hasta el agua y al educación, no importa. Por eso la migración, el terrorismo, el crimen organizado seguirán encontrando millones de gente desesperada por sumarse a sus filas, porque políticos como los hoy reunidos en Roma solo están al servicio de los señores que les pagan sus campañas no del pueblo.
Haz conciencia, amigo lector. Y percibe si la realidad de hoy era lo que esperabas hace 30 años. ¿Cómo se vivía hace 30 años? Antes de la llegada de este economía globalizadora. La respuesta la tienes tú.
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