Del boom al éxodo
A lo largo de los años en esta ciudad se han tenido tres grandes migraciones de jarochos, de los cuales se calcula que tras ser reclutados en las maquiladoras, luego miles optaron por regresarse a sus lugares de origen
En los últimos años la población veracruzana en esta frontera ha disminuido, a la par que bajaron los apoyos que brindaban las empresas para mantenerlos en las diferentes empresas de esta región.

“El fenómeno de regreso de los paisanos a Veracruz fue en el año 2009, cuando económicamente el país estaba muy mal, provocando una deserción económica, a los veracruzanos no les alcanzaba para cubrir sus necesidades básicas y familiares porque abandonaron sus hogares”, dijo.
El pago de renta de una vivienda y de servicios básicos de ésta, así como los alimentos, el calzado y la ropa que tenían que cubrir, además de enviar dinero a sus familiares en el vecino estado, causaron que algunos tomaran la decisión de regresarse, abandonado sus trabajos.
Señaló que los jarochos que se quedaron en esta frontera se debió a que se casaron con alguna reynosense o compañera de trabajo que también era migrante, juntos salieron adelante cubriendo sus necesidades económicas, además de procrear familia.
GRANDES MIGRACIONES
Reynosa vivió tres grandes migraciones de veracruzanos. La primera se registró en los años 30, con la agricultura, en donde los dueños de las haciendas acudieron a buscarlos para que trabajaran en los sembradíos de algodón.
La segunda se presentó en los 50 con la inauguración de la refinería de Pemex, traídos a laborar en la mano de obra de la construcción de ésta y de las líneas de gas que edificaron.
Argumentó que aún hay muchas familias instaladas en la ciudad, que llegaron en esa época; en su mayoría son de los municipios de Coatzacoalcos, Minatitlán, Tuxpan, Veracruz y Cerro Azul, que tenían la experiencia por ser zonas petroleras.
“Muchísimos paisanos y paisanas se casaron en Reynosa y aquí está una gran comunidad de paisanos reynosenses de estas generaciones que se dieron en esta migración”, añadió.
En los años 80 se registra la última gran migración de veracruzanos a esta frontera, por la construcción de maquiladoras en esta región, originando el boom de miles empleos, por lo que tuvieron que ir a buscar mano de obra al estado vecino del sur.
Sostuvo que muchos de los veracruzanos que llegaron a esta frontera a trabajar en las maquiladoras eran de los municipios de Poza Rica, siendo la principal ciudad de oferta de mano de obra, seguidos de Naranjos y otros de la zona norte.
En esa época los Sindicatos de Trabajadores de las Maquilas acudían a Veracruz a promover las plazas que se tenían, ofreciendo buenos salarios y prestaciones de ley que garantizaban una mejor calidad de vida.
Destacó que durante el auge de las maquiladoras los organismos sindicales solicitaron a la Unión de Trabajadores Veracruzanos a invitarlos a que aprovecharan la oferta laboral que se tenía.
Mora Domínguez manifestó que tras registrarse una deserción económica en 2009, miles de habitantes optaron por regresarse a sus ciudades a trabajar porque aquí no les alcanzaba para vivir y mantener a sus familias a distancia.
Tras abrirse regiones petroleras en Veracruz en donde se hicieron excavaciones de pozos profundos de hidrocarburo y gases, muchos decidieron irse a trabajar allá porque era mejor pagado que en las maquilas.
En la actualidad se estima que en Reynosa hay entre 250 mil y 300 mil personas con ascendencia histórica o reciente en Veracruz, que son la principal fuerza laboral de las maquiladoras; en tanto otros se desarrollaron en el empleo informal, con la venta de mercancía de segunda mano y en comercios.