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Residentes espían a negocios, vecinos durante cuarentenas

El propietario de un bar de Tulsa dijo que más de una docena de motoristas se presentaron en su local sin previo aviso, pero de todos modos les sirvió una ronda de tragos para celebrar un cumpleaños. Otro transmitió un espectáculo de drag queen en vivo por Facebook mientras unas 20 personas bebían dentro del local cerrado, ignorando a la policía cuando llamó a la puerta.

Residentes espían a negocios, vecinos durante cuarentenas

“Tiene que haber alguna consecuencia por violar una orden ejecutiva”, dijo Richard Meulenberg, teniente de la policía de Tulsa.

Y parece que mucha gente está de acuerdo.

Los soplones se revelan como aliados entusiastas mientras las ciudades, estados y países trabajan para hacer cumplir las directivas destinadas a limitar el contacto directo entre la gente en medio de una pandemia que se ha cobrado decenas de miles de vidas en todo el mundo. Llaman a la policía y a las líneas municipales, se quejan ante los funcionarios electos y avergüenzan a los presuntos infractores en redes sociales.

En la Ciudad de Nueva York, uno de los principales focos de infección Estados Unidos, las autoridades detuvieron al propietario de un bar clandestino de Brooklyn donde hallaron a una docena de personas tomando y apostando luego de que alguien llamó a la policía para avisar.

En Chicago, un estudio de yoga que creía que entraba en la categoría de servicio esencial de salud y bienestar quedó clausurado luego de la que la ciudad, alertada por varios residentes, dijese que no era así. Naveed Abidi, profesor del estudio Bikram Yoga West Loop, señaló que pensaba que el negocio podía seguir abierto si limpiaba el espacio, limitaba el tamaño de las clases y los estudiantes se mantenían lo suficientemente alejados.

“Si incumplimos la orden del gobierno, lo lamentamos mucho”, dijo Abidi, quien enfrenta una multa de hasta 10.000 dólares. “No estamos aquí para causar problemas, estamos aquí para practicar nuestras posturas”.

En la mayoría de los pacientes, el COVID-19 la enfermedad causada por el coronavirus, provoca síntomas leves o moderados, como fiebre y tos. Pero en otros, especialmente en mayores y personas con patologías previas, puede derivar enfermedades más graves, como la neumonía, e incluso la muerte.

Pero el virus se propaga rápidamente y está empezando a colapsar el sistema de salud de varias ciudades.

Gwen Becker, residente de Naugatuck, Connecticut, dijo que se sintió “mortificada” cuando, circulando hacia un campo de golf, vio a una multitud reunida en torno a un camión de comida y en mesas comunales. Así que filmó un video que ella y su amiga publicaron en Facebook, y que hizo que el alcalde cerrase el campo.

“Yo estaba enojada y molesta, y dije algunos improperios”, manifestó Becker, de 54 años. “¿No van a considerar que lo que están haciendo podría matar a alguien?”.

En algunos lugares, los investigadores patrullan las calles en busca de infractores.

Un equipo que vela por el cumplimiento de la orden en Denver había emitido cinco citaciones _ incluyendo a franquicias de Hobby Lobby y Game Stop, que consideró que era esencial _ y más de 600 advertencias a empresas e individuos hasta el martes, dijo el vocero de la ciudad, Alton Dillard. El equipo también patrulla vecindarios y zonas de recreo.

En Newark, Nueva Jersey, la policía cerró 15 negocios en una noche y citó a 161 personas por violar las restricciones del gobernador, y advirtió que habría más si no se obedecían las directivas. La policía estatal de Maryland, por su parte, realizó cerca de 6.600 controles de cumplimiento a empresas y multitudes.

La policía de Chicago llegó a desalojar un funeral el domingo luego de ver a un grupo de unas 60 personas, en su mayoría mayores, reunidos en el interior de una iglesia, dijo el vocero del departamento, Anthony Guglielmi.

En algunos casos, son los propios residentes los que se vuelven contra los vecinos.

En España, las autoridades, en algunas ocasiones ayudadas por videos y fotografías publicados en internet por vecinos convertidos en “policías de balcón”, han detenido a cerca de 2.000 personas y multaron a más de 230.000 por violar las restricciones del confinamiento.

En un video viral se escucha como la persona que lo graba critica a una mujer que había salido a correr y se resiste a la orden de la policía para identificarse. Otro muestra a una familia de cuatro miembros yendo al supermercado, con una moto para uno de los niños, mientras media docena de vecinos les gritan desde sus ventanas.

En Nueva Zelanda, un cibersitio habilitado por la policía para que el público reporte incumplimientos se cayó después de que demasiada gente intentó acceder a la vez. Entre las quejas: gente jugando al rugby y al frisbee, o la celebración de fiestas improvisadas de “corona”, reportó The Guardian.

De Vuelta en Tulsa, el teniente Meulenberg dijo que el volumen de llamadas que recibe el departamento se incrementó sustancialmente debido a que los residentes delatan tanto a negocios como a vecinos, aunque no pueden responder a todas.

“El hecho de que tengamos que hacer todo esto supone que algunas personas no están interesadas en la autoprotección” o en proteger a los demás, dijo. “No somos inmunólogos. No somos científicos. Somos policías. Solo estamos tratando de hacer nuestro trabajo”.

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Los periodistas de The Associated Press Jim Anderson en Denver y Aritz Parra en Madrid contribuyeron a este despacho.



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