Una deportación masiva traería efectos negativos

McAllen, Tx.

A pesar de que el gobierno texano se opone al plan de permitir a millones de personas indocumentadas tener el derecho a laborar legalmente en el país, los efectos de una deportación masiva como lo han querido organizaciones  conservadoras, hubiera tenido efectos negativos para el sector productivo y fiscal del estado.

De acuerdo al análisis de investigación realizado por el Centro Para el Progreso de América llamado “Legalización contra Deportación en Texas” realizado por el Dr. Raúl Hinojosa Ojeda, en el estado existen alrededor de 1 millón 022,000 personas indocumentadas que trabajan y que representan un 7.2 por ciento de las contribuciones al fisco texano.

Como población ilegal su contribución en dinero para el estado representa 14.6 billones de dólares, esto en las tareas que realizan en diferentes ramos que van desde la industria agrícola, servicios o construcción entre otros.

De acuerdo al documento académico Texas cuenta en total con una población indocumentada de 1 millón 650 mil habitantes, de estos un buen sector podrá adherirse en los próximos años a la planta laboral legal del estado si califica bajo las nuevas disposiciones migratorias presentadas por el presidente Barack Obama.

El mismo presidente durante su discurso el jueves pasado por la noche fue muy claro al señalar que intentar realizar una deportación masiva de personas indocumentadas es prácticamente imposible, además de que representaría para las agencias federales una tarea difícil y complicada.

En Texas el impacto de una deportación masiva, que no va a suceder, traería efectos en pérdidas salariales por 33.2 millones de dólares, de acuerdo al estudio académico del catedrático universitario Ojeda.

Mientras que en entradas por el pago de impuestos fiscales que provienen de la población indocumentada representan 14.5 billones de entradas en dinero en bienes o servicios que pagan quienes viven en Texas sin documentación migratoria.

Aunque el plan migratorio del presidente Barack Obama no está otorgando la residencia permanente a los indocumentados que califiquen para obtener un permiso de trabajo y estancia legal por 2 años como inicio, su contribución al fisco estatal y nacional representaría una mayor entrada de dinero al poderse integrar formalmente a la economía.