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¿Tus emociones te desfalcan?

Plantearse metas y prioridades claras por las que valga la pena controlarse, es fundamental para no caer en la tentación de hacer compras compulsivas, plantea Sofía Macías, autora del libro Pequeño Cerdo Capitalista.¿Tus emociones te desfalcan?

Cuando reaccionó tenía 36 años, más de 80 pares de zapatos, sus tarjetas de crédito al tope y ningún patrimonio. Isela Muñoz era una compradora compulsiva que lucía al último grito de la moda, pero estaba quebrada.

La angustia por tener una deuda de casi medio millón de pesos la llevó a atenderse psicológicamente, y en terapia descubrió que cada vez que experimentaba una emoción negativa corría a las tiendas por un par de zapatos. 

Una década después, la mujer tiene finanzas sanas, un patrimonio y creó el blog El Peso Nuestro de Cada Día, en donde aconseja cómo acabar con las deudas y dejar de comprar compulsivamente.

Su primer sugerencia es acudir a terapia, pero si las deudas te ahorcan y por ahora no puedes invertir en ello, aconseja empezar por escribir un diario de compras. 

Es decir, cada vez que realices una compra escribe lo qué sucedió ese día para identificar cuál es la emoción que dispara este comportamiento.

"Cuando me molestaba mucho y no podría expresar mi enojo, iba y compraba algo, normalmente eran zapatos", contó Muñoz, quien también es autora del libro De Deudor a Millonario.

Lo que sigue es fijarse metas de mediano y largo plazo, como finiquitar la deuda. 

Posteriormente se propuso tener un patrimonio y ahora ahorra para su retiro porque no quiere ser una "viejita pobre", cuenta.

Plantearse metas y prioridades claras por las que valga la pena controlarse, es fundamental para no caer en la tentación de hacer compras compulsivas, plantea Sofía Macías, autora del libro Pequeño Cerdo Capitalista.

"A falta de metas, de prioridades, de saber qué es lo importante, cualquier artículo que se atraviese es bueno para comprarlo".

Además recomienda identificar si se está comprando sólo por el impulso de una emoción desbordada y mal canalizada o es algo que realmente se necesita.

"Hay que preguntarse qué es lo que realmente para mí es importante y qué me gustaría lograr. Deben ser sinceros sobre lo qué es realmente importante para la persona y no para apantallar a los demás".

Al plantearse los propósitos es necesario plantearse con cuánto se cuenta, y cuánto y cada cuándo es necesario ahorrar para conseguirlo. Tienen que fijarse plazos.

"Tienen que reflexionar sobre que hábitos hay que modificar para tener los recursos necesarios y llegar a esta meta", dice Macías.

Asegura que muchas veces, los compradores compulsivos se confunden entre lo que es un ahorro y un gasto con descuento.

"Una oferta sólo es un ahorro cuando un artículo que se había planeado comprar, se encuentra a mejor precio", agrega.

¡Alto! 

Antes de la compra valora si después de hacerla experimentarás arrepentimiento, si tienes el dinero para pagar y si ese gasto le roba recursos a las metas planteadas. También considera:

• Pregúntate si lo quieres, si lo deseas o si realmente lo necesitas.

• ¿Es algo que ya habías programado o lo compras sólo por impulso?

• Evalúa si lo puedes pagar.

• Tómate un tiempo para pensar antes de la compra, al menos un día. 

• Compara precios y condiciones de pago.

• Buscar referencias vía internet, por ejemplo, para saber si los clientes están satisfechos o no. 

• A veces se puede obtener un precio más bajo dependiendo de las condiciones de pago.






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