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Trabajar, lo más recomendable para superar la crisis económica

Economía mexicana muestra una contracción y va en plena desaceleración

gilberto.banda@elmanana.com

REALIDAD. Pasan sexenios tras sexenios y cada día que pasa se visualiza con más y más nubarrones la falta de una reactivación económica integral.Trabajar, lo más recomendable para superar la crisis económica

Lamentablemente, quienes nos gobiernan se concretan a señalar que habrá que apretarse el cinturón temporalmente, aunque “a pesar de ello se tienen buenas expectativas” haciéndose repetitiva esta expresión que escucha el empresariado mexicano de sus gobernantes al menos dentro de los últimos 15 años o más cada año y en momentos diferentes.

Y desafortunadamente este “futuro esperado”, no llega y pasan sexenios tras sexenios y cada día que pasa se visualiza con más y más nubarrones la falta de una reactivación económica integral, efectiva, pronunciada, agresiva y sostenida; al grado que, las propias empresas calificadoras ya están tomando en cuenta esta falta de reactivación como limitante para elevar la nota soberana de México.

Por el contrario, de mantenernos pasivos o al ritmo hasta hoy mostrado, estas calificadoras estarían considerando recortar – en lugar de aumentarla-, misma nota soberana por bajos crecimientos ya prolongados.

Y agrega: “esto se expresa de esta manera ya que los resultados económicos obtenidos a la fecha – por una u otra razón-, muestra que no estamos cumpliendo con las metas establecidas año por año y se plasman dentro del Plan Nacional de Desarrollo.

El Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 establece dentro de sus metas la de un México Próspero que promueva el crecimiento sostenido de la productividad en un clima de estabilidad económica y mediante la generación de igualdad de oportunidades, buscando proveer condiciones favorables para el desarrollo económico, a través de una regulación que permita una sana competencia entre las empresas y el diseño de una política moderna de fomento económico enfocada a generar crecimiento en sectores estratégicos.

Por lo anterior, anota, el Paquete Económico 2017 – a pesar de los recortes presupuestales por 169 mil millones de pesos para este año 2016 y de otros 70 mil millones de pesos adicionales para 2017-, deberá ser suficiente para generar a las calificadoras un concepto o ambiente que al menos mantenga la nota soberana actual y más ambiciosa sería, que lograra elevarla a un grado mayor de tal manera que se promueva el crecimiento sostenido como lo enmarca el Plan Nacional de Desarrollo vigente.

Ya en la realidad, la economía mexicana muestra una contracción en la misma y con sus manufacturas en plena desaceleración, requieren de un inteligente, mayor y eficiente esfuerzo real de todos para revertir este panorama y no por la vía simple de recaudar sobre los mismos de siempre.

A pesar de todo lo bueno realizado y que podemos contar, no es ni ha sido suficiente para lograr crecimientos del Producto Interno Bruto (PIB) del país que superen la barrera promedio anual de crecimiento del 2.56 por ciento experimentada al menos en los últimos 15 años, cuando lo esperado y deseado para 2016 y 2017 se había estimado entre 3 y 4 por ciento promedio anual.

La Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), ha estimado desde mayo pasado que, el rango de crecimiento para este 2016, estaría entre 1.9 y 2.1 por ciento y si causas o factores internos que afectan a nuestra economía son abordados o atacados con sentido de urgencia, entonces el crecimiento se ubicaría en el rango nominal del 2.0 por ciento y con un mucho mayor esfuerzo y con sentido de urgencia, bien podríamos llegar a un crecimiento del 2.1 por ciento; por supuesto que, crecimientos mayores a estas cifras serían bienvenidos.

Alanís Peña afirma que México, tiene el potencial de lograr crecimientos mayores; sin embargo, habrá que trabajar ardua e inteligentemente en una estrategia que en principio contenga sin excusa alguna la erradicación de la corrupción, impunidad, ilegalidad, la falta de aplicación de un Estado de Derecho e inseguridad que prevalece a la fecha.

Hay que recordar, añadió, que por cada punto porcentual que se reducen los pronósticos de crecimiento (PIB), al menos se dejan de crear entre 190 mil y 235 mil nuevos empleos.

A la fecha y dentro de este panorama, vale la pena resaltar que, gracias al consumo o gasto privado interno, la economía mexicana no ha sufrido un deterioro dramático, pero será importante actuar de diferente manera y con sentido de urgencia para evitarlo.

Este consumo o gasto privado interno de nuestra economía, tiene aportadores importantes y uno de ellos es el arribo e incremento de las remesas en dólares que nuestros compatriotas envían a México por sus trabajos que desarrollan fuera de nuestro país y que ante la devaluación de nuestra moneda ante el dólar resultan beneficiadas. Claro que la baja inflación que México ha tenido en los últimos años, fortalece este consumo. Otro sector aportador a la activación del consumo interno es el poder adquisitivo de los turistas que han aprovechado debido a la paridad peso-dólar y finalmente se puede mencionar el incremento al crédito al consumidor que ha aportado lo correspondiente a la activación del mercado interno; solo que, por otro lado se está generando un endeudamiento de la población que si no se controla puede llegar a ocasionar un efecto contrario.

Por cierto, en los últimos 15 años, las remesas en dólares que nuestros compatriotas envían a nuestro país han sido en un monto total promedio de 22 mil millones de dólares anualmente. Esto significa, solo un poco más de un millón de dólares menos que el promedio de la Inversión Extranjera Directa (IED) que ha logrado México atraer en promedio anualmente en mismo periodo.

Y enfocándonos al actual bajo crecimiento económico y desaceleración de la Industria, se puede resumir que ésta tiene varias causas o factores internos y algunas de ellas son:

La aún afectación de la política fiscal vigente por los impuestos aplicados durante el 2015 y lo que va del 2016; el efecto de reducción de deducciones fiscales principalmente; los recortes presupuestales; la inseguridad creciente; la corrupción e impunidad -incluida la extorsión general y de las autoridades como inspectores y verificadores-que cada día se notan con mayor intensidad; la debilidad de las autoridades en la aplicación de un estado de derecho y certeza jurídica ante acciones de grupos que perturban el ambiente social y productivo del país; l la falta de una acción o acciones gubernamentales más drásticas sobre el crecimiento del comercio ilegal de mercancías junto con la piratería y sub valuación de mercancías; la “abultada” informalidad existente a la fecha con cifra de integrantes que supera el 57.0 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) con su más de 29 millones personas y que no aportan lo correspondiente en impuestos pero si consumen de lo contribuido por los formales, sin sumar las cerca de 2 millones 105 mil personas desempleadas que existen a la fecha al no poderle dar nuestra economía un espacio en el sector laboral formal.

CAUSAS O FACTORES EXTERNOS

La menor demanda externa de los productos manufacturados en nuestro país registrada en los últimos meses; una mayor competencia mundial formal, con la que hay que competir; una mayor competencia mundial desleal -principalmente de procedencia asiática- llámese china, taiwanesa, hindú, vietnamita, etc.; una volatilidad cambiaria alta peso–dólar; el efecto de los precios del petróleo sobre el volumen de nuestra producción del mismo; efectos y repercusiones políticas por acciones de los gobernantes y candidatos de otros países; incertidumbre ante posibles alzas en los intereses por deudas contraídas.

También existen causas o factores intermedios o mixtos que en su conjunto han llevado al Banco de México a elevar su tasa de interés objetivo de 3% en los primeros días de diciembre de 2015 hasta el 4.75% actual, lo que ha implicado un aumento de 58.3% en la misma. Esta medida lleva la consigna de reducir el impacto en la inflación que puede tener el aumento que ha registrado el dólar interbancario o spot frente al peso, el cual ha alcanzado en ciertos días del mes de septiembre hasta de 19.84 pesos por un dólar americano; es decir, el peso mexicano se ha devaluado hasta en un 14.0% durante este año 2016. 

En suma, estos rubros y otros más, son considerados como causantes de una menor actividad industrial y además, desaceleradores o inhibidores o limitadores de la productividad, del acceso al crédito y de la llegada de inversiones tanto nacionales como extranjeras.

Se aclara, las inversiones que, al día de hoy a nuestro país, son apreciadas por su aportación a que el número de desempleados no se agrande, pero no corresponden en valor volumen a la que requiere y que necesita México para lograr crecimientos anuales promedio mayores y constantes del Producto Interno Bruto (PIB), por arriba del 3 por ciento.

Por ello y para que esta desaceleración y bajo crecimiento económico sea menos pronunciado y duradero, urge que en primera instancia nos enfoquemos a trabajar en las causas o factores internos y para fortalecer esta causa, se hace necesario la aplicación de algunas medidas incentivadoras gubernamentales hacia la planta productiva nacional, para que sean analizadas y consensuadas por nuestros legisladores para su aprobación y así impulsar y detonar el crecimiento económico del país para que al mismo tiempo, se alivien las presiones de riesgo social existentes a la fecha.

Ante la situación económica actual, se hace necesario trabajar en conjunto gobierno e Industria para llegar a lograr un superávit “piso” al menos del uno por ciento; que, de lograrlo, significaría empezar a revertir el endeudamiento del país.

Y puntualiza: “Por supuesto que habrá conceptos adicionales que, el gobierno tendría que atender directamente –aparte de los recortes presupuestales- de tal manera que, dentro del presupuesto 2017 se debe conceptuar el contener el crecimiento del nivel de deuda pública para que al menos no aumente en proporción al PIB; no contratar más deuda ya que la deuda está mermando lentamente cualquier deseo de crecimiento del país; ejercer y enfocar los recursos públicos, junto con algunos recursos privados, en las prioridades fundamentales de infraestructura productiva; reducir el gasto corriente y los gastos personales gubernamentales, evitar la corrupción e impunidad;  cero tolerancia a la corrupción; detener, inhibir y reducir los actos crecientes de delincuencia, fortalecer los apoyos hacia las MIPymes en lugar de reducirlos o contraerlos y aplicarse en concretar y ejecutar oportunamente las obras y proyectos programados dentro del Plan Nacional de Infraestructura.

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SIN PRETEXTO. Solo el trabajo permitirá superar los efectos de la crisis económica que padecemos actualmente. 







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