Los cines de Reynosa

Muy contentos y felices se reunieron los folclóricos, campiranos, seculares (que andan por los cien años) y aldeanos caballeros que integran la cofradía intitulada Club de Veteranos de Reynosa. Recientemente fue distinguida dicha sociedad por la egregia personalidad del ilustre señor don Luis Lauro Moreno, quien departió amigablemente con los tertulianos semanales del Café Superior, e hizo su solicitud para integrarse al emblemático grupo.

También está concurriendo el ilustre ingeniero originario de Cd. Miguel Alemán, don Rolando César Ramírez Acosta. Después de servidas las tazas con el aromático brebaje llamado café de origen árabe, según dicen los historiadores, pasaron los paradigmáticos sujetos a la charla cotidiana.

- ¿Y qué se dice por hay?, interrogó como siempre don Armando Anzaldúa.

- Nosotros, respondió Jesús Ríos, a pesar de que estamos enterados por las últimas noticias de los acontecimientos que ocurren en el mundo casi al instante en que suceden, vivimos de los recuerdos, mientras que la juventud, vive de la esperanza.

- Transcurrimos por una época de transición, apuntó Ángel González, “el Nene”, ustedes estarán de acuerdo conmigo, que la humanidad siempre ha tenido épocas de recogimiento, de estricta observación a los principios morales, éticos y religiosos y otras, en que por el contrario, se desatan las siniestras pasiones del alma y el desdén y la desobediencia a las reglas morales y leyes humanas. Y yo pienso, que estamos en el tránsito de una época de desorden e inmoralidad la cual traerá, indefectiblemente, la caída de las grandes potencias como los Estados Unidos, como en su tiempo lo fueron los imperios de Roma, España, Francia e Inglaterra.

- ¡Muy bien, muy bien! Has hablado firme y contundente, opinó Luis Alejos, “el Cachi” y al respecto recuerdo la frase de Pitágoras que dice: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres” porque lo que nos hace falta en México es una buena instrucción escolar, completa, como la que había antes, y una estricta educación familiar como la que recibimos nosotros de respeto a los padres, a los mayores y a las autoridades.

- Es cierto lo que dices, añadió José “Pepe” Ramos, también recuerdo una frase de Demócrito que dice: “Los jóvenes son como las plantas, por los primeros frutos se ve lo que podemos esperar de ellos en el porvenir”.

- Estoy de acuerdo con lo que dice Ángel González “el Nene”, apuntó Jorge Orfanós “el Yorgo”, en lo que respecta a lo que manifiesta sobre la etapa de transición que vivimos. Conforme pasan los años, todo va cambiando, evolucionando. 

Y lo vemos no solamente en la educación y en las costumbres sino también en otras actividades humanas como el comercio. Antes nos surtíamos de todo lo que necesitábamos del mercado Zaragoza y de la calle Hidalgo. Ahora, con los grandes centros comerciales establecidos en los últimos años, decayó el comercio en el centro de la ciudad. Hasta los cines han desaparecido por el desarrollo de la televisión. Están derribando lo que fue el cine Rex, el último cine del centro, para poner, yo creo, otro tipo de negocio.

Eso me llena de tristeza, apuntó Jesús Ríos, y añadió: Reynosa tuvo también su época de oro del cine. Recuerdo que mi padre fue el constructor del Teatro Juárez, concluido en 1924, propiedad de don Vicente Cantú Flores, primer cine de Reynosa, cuando todavía era villa. Antes de ese cine, venían los húngaros con sus cámaras de cine y proyectaban las películas en la pared de la botica “Unión” que estaba contigua a la presidencia municipal.

Años después, en 1937, se inauguró el cine Gutiérrez, propiedad de don Generoso García. Con el auge del cinematógrafo, se abrieron los cines al aire libre como el Brasil (1944) de la familia Bolado, junto a la presidencia; el Savoy de don Vicente García en las calles Juárez y Matamoros.

Aquí, en el Savoy, los viernes pasaban tres películas mexicanas y uno podía entrar con una bolsa vacía de café Kasero. Hubo cines en las colonias como el cine Colonial, de don Generoso García Ortiz en el que los miércoles era de aficionados al canto o el baile.

El cine Obrero por las calles Herón Ramírez y Oaxaca de don Daniel Quirín, que era terraza, con bancas de madera y piso de tierra. El cine Rodríguez ubicado por la calle Río Purificación que fue propiedad de los señores Jesús González y Francisco Gutiérrez Díaz.

En la colonia Del Valle se encontraba el cine Roma cuyo dueño fue el señor Daniel Cerda; otros cines fueron el cine Encanto, el Kelio, el Bahía de don Vicente Cantú Flores; cine Roma de don Daniel Cerda; cine Irlo de don Facundo Garza, el cine Imperio y otros más que siento mucho no recordar, terminó diciendo Jesús Ríos.

- Pues te faltaron los de lujo, terció “el Yorgo”, acuérdate de los cines Río que estaban por la calle Escobedo, propiedad de don Margil Flores, que después vendió a la familia Longoria de Nuevo Laredo y el cine Rex, contiguo a la Iglesia de Guadalupe, en el centro. El gerente de estos cines, el Río y el Rex, fue don Rodolfo Garza Bernal, quien era originario de Piedras Negras, Coah., persona de mucha actividad empresarial, muy apreciada por todos.

- Por cierto, comentó Fernando Martínez Serna, fuimos don Cleofas Hinojosa que era gerente del Banco Longoria, el licenciado Albino Chapa y yo, a Piedras Negras a traer a don Rodolfo Garza Bernal.

- Pues yo ya me voy, intervino José “Pepe” Flores, voy a buscar “el Chivo” porque de que “chille la cazuela y de que chille mi vieja, mejor que chille la cazuela”. Fin.

* Arnoldo Gárate es miembro de la Sociedad de Historia de Reynosa, A.C. y del Club de Veteranos de Reynosa, A.C. 

Teatro Juárez. Primer cine en Reynosa.

Cine Brasil, junto a la Presidencia Municipal.

Cine Rex, cuando terminó su época.