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Trump, un peligro mundial

Ayer, se llevó a cabo la primera de una serie de grandes manifestaciones populares y de organizaciones pro derecho civiles

Ayer, se llevó a cabo la primera de una serie de grandes manifestaciones populares y de organizaciones pro derecho civiles, en contra del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, que tomará posesión del cargo el día 20. Según se ha anunciado, durante toda la semana se realizarán diversos eventos en que se pondrá de manifiesto el repudio hacia el 45º líder de la nación más poderosa de la tierra, electo tras una campaña que dejó mucha insatisfacción.

La consigna que tuvo mayor relevancia y que pone de manifiesto el sentir de muchos de los ciudadanos americanos y de otras partes de planeta, es la que corearon seguidores del reverendo Al Sharpton: “Sin justicia no habrá paz”, durante la marcha que los llevó hasta el Monumento a Martin Luther King Jr, líder de los derechos civiles, arteramente asesinado por su postura contra la guerra y la pobreza, a escasa distancia del Capitolio.

Trump, un peligro mundial

Ayer mismo, luego de que el congresista John Lewis, incansable promotor de derechos civiles en Estados Unidos y uno de los más destacado participante de la caminata de Selma a Montgomery en 1965, encabezada por Luther King, dijera que Trump es un ‘presidente ilegítimo’, recibió una respuesta virulenta de descalificación, impropia de un hombre que tendrá la máxima responsabilidad de conducir el destino de la gran nación.

Pero, no sólo al interior de los Estados Unidos se han expresado protestas por el estilo del nuevo presidente y sus pronunciamientos en contra de personas, grupos étnicos y de países en desventaja, como el caso de México, que ha sido blanco de arteras agresiones. El vocero de la cancillería china, Geng Shuang, señaló, en respuesta a la idea de Trump de intervenir en Hong Kong, que: “No afecta sólo a los intereses fundamentales de las relaciones entre China y Estados Unidos, sino también a la paz, la estabilidad y la prosperidad de Asia-Pacífico y el mundo”. El presidente electo está jugando con fuego.

A través de las redes, ha empezado a circular una campaña de denuestos en contra del mandatario electo: “Donald Trump es un novato incapaz de cerrar la boca que tiene que aprender que no puede manipular a su antojo a China”, mensajes que han reproducido  abundantemente los medios de comunicación estatales chinos, adoptando por primera vez un tono firme y crítico con el presidente electo de Estados Unidos. El repudio crece.

Igual crece la insensatez con la que Trump está tratando los asuntos de la agenda de su país en la geoestratégia política. Sin ninguna necesidad, apaleó el avispero en el Medio Oriente, cuando declaró que llevaría la embajada americana de Tel Aviv a Jerusalén, lo que, de inmediato, tuvo como respuesta un mensaje airado del vocero de la autoridad palestina, Mahmoud al Habash, quien afirmó que esa idea es: “una declaración de guerra contra los musulmanes”. Hablar de los musulmanes tiene implicaciones mayores.

En opinión de Edward Luce, publicada en el Financial Times, en su edición de 12 del mes de noviembre pasado: “La victoria de Donald Trump le otorga poder para deshacer el orden global establecido por EU tras la segunda Guerra Mundial. Con la colaboración del Congreso, su política podría acabar con el legado de Obama en poco tiempo”. Estas palabras resultaron proféticas, pues Trump ha prometido cancelar el dicho ‘Obamacare’.

Luce agregó que: “A nivel internacional, Trump lleva manteniendo una postura aislacionista durante casi 30 años. En 1987 ya despotricó de Japón en un anuncio de una página en el New York Times pagado por él mismo. El mensaje de hoy es el mismo cambiando Japón por China. La agenda comercial actual de EU está muerta.

Trump hará que EU salga de la Asociación Transpacífica. Las negociaciones paralelas con Europa también se extinguirán casi con toda seguridad. Además, Trump ha amenazado con retirarse del Tratado Norteamericano de Libre Comercio e imponer altos aranceles a las importaciones de China y México. No se sabe si llevará a cabo estas amenazas, pero la mera perspectiva será perjudicial para el orden mundial”. 

Por todas las razones, una persona desquiciada y racista sentada frente al botón que dispara las armas nucleares, es un auténtico y real peligro.