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Tecnología para unir familias en casos de desastre

El relato de las víctimas de desastres suele incluir siempre los mismos elementos: sensación de vivir en una película de terror, miedo a morir, olor insoportable, pánico por ver la destrucción de edificios, angustia por no poder usar los celulares para localizar a familiares o inquietud porque unos extraños —los equipos de emergencias— te dan instrucciones para poder salir de la zona de desastre.

El relato de las víctimas de desastres suele incluir siempre los mismos elementos: sensación de vivir en una película de terror, miedo a morir, olor insoportable, pánico por ver la destrucción de edificios, angustia por no poder usar los celulares para localizar a familiares o inquietud porque unos extraños —los equipos de emergencias— te dan instrucciones para poder salir de la zona de desastre. 

“Uno empieza a morir en el momento en el que tiene miedo a morir” asegura el filósofo Fernando Savater. 

Tecnología para unir familias en casos de desastre

En el caso de los niños y niñas que son víctimas de una catástrofe se suma otro elemento de preocupación: estar lejos de sus familias. 

Localizar y unir a las familias resulta esencial en las primeras horas tras una emergencia no sólo porque estar junto a ellos reduce la ansiedad y temor de los niños, sino porque en medio del caos que provoca un terremoto, aumenta el riesgo de que el niño sea robado, explotado por grupos organizados o riesgos aún peores. 

En un país como este, México, con capacidad y estructura para atender a las víctimas, se hacía necesario incluir tecnología a los procesos de reunificación familiar para poder agilizar esta sensible etapa que resulta vital para la niñez. 

UNICEF ha puesto a disposición de las autoridades —en primer lugar al DIF por su trabajo clave en la atención a víctimas de desastres—, una herramienta gratuita de localización y reunificación rápida (Rapid FTR por sus siglas en inglés) que permite crear perfiles de niños y de familiares, que son analizados en tiempo real por un sistema que cruza los datos y traza las conexiones entre personas. 

Una tecnología que ya hemos utilizado en muchas situaciones de desastre, y que logra resultados extraordinarios ya que aunque se caigan las señales de radio, celulares o televisión, en gran parte de los territorios azotados por catástrofes, la red de internet permanece casi intacta. 

Durante los actos que han tenido lugar estos días en todo el país con motivo de la conmemoración del sismo de 1985, no he podido evitar pensar en todas esas historias que hay detrás del desastre. De cómo la rutina se convierte en una tragedia difícil de olvidar. Y confirmo lo mucho que contribuye a superar el trauma la compañía de la familia, de los padres y hermanos, de maestros o vecinos. Y no sólo por eso, sino porque los niños y niñas tienen derecho a estar con ellos. 

El apoyo psicosocial es esencial para lograr la recuperación de niños que han visto demasiado horror. Que han vivido en sus carnes la terrible sensación de verse en medio de escombros, caminando entre la destrucción de edificios y que son llevados de un sitio a otro por bomberos o policías que no conocen, y que están sometidos también a un alto nivel de estrés. 

Escuchar la voz de los padres, o ver fotos de los padres, son dos cosas que también realiza esta herramienta, lo que sin duda contribuye a dar tranquilidad a los niños. Para ello, UNICEF ofrece el servicio en formato de aplicación y de página web, para que los funcionarios accedan con facilidad y puedan actualizar datos desde el primer momento tras un desastre. 

Ya sabemos que cada segundo es valioso en esos momentos tan críticos, por eso debemos disponer de las mejores herramientas para ofrecer un servicio como éste con la rapidez y eficacia que los niños tienen derecho a recibir. 

UNICEF, como hizo hace 30 años, se pone al servicio de los derechos de la niñez en el país. 

Y no sólo con agua, vacunas o suministros de emergencia, como hicimos en 1985, sino con tecnología que mejora y facilita el trabajo de todos esos héroes que arriesgan sus vidas por salvar las de otros.