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Tan lejos de Dios

Termina un año teñido de violencia y corrupción simbolizado por Ayotzinapa y las mansiones del peñanietismo. Una etapa en la cual los medios independientes y las redes sociales se convierten en retoños de esperanza.

Termina un año teñido de violencia y corrupción simbolizado por Ayotzinapa y las mansiones del peñanietismo. Una etapa en la cual los medios independientes y las redes sociales se convierten en retoños de esperanza. 

Al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, hay que reconocerle que salió a dar su versión de los hechos, después de que el Wall Street Journal  publicó el reportaje de Juan Montes sobre el bien inmueble que recibiera de Juan Armando Hinojosa; Videgaray envió una carta al diario y concedió entrevistas a Carlos Loret de Mola, Ciro Gómez Leyva y Carmen Aristegui. Las tesis y el guión fueron las mismas: “no existió conflicto de interés”, actúe con “honestidad y pleno apego a la ley” y no me corresponde a mí juzgar la relación de Hinojosa con el Presidente, su esposa u otros políticos.

Tan lejos de Dios

La solidez del discurso flaquea cuando se piensa que no hay institución oficial confiable capaz de establecer si Videgaray incurrió en conflicto de interés o si entraba en la categoría de funcionario en octubre de 2012, fecha en que adquirió el inmueble mientras manejaba los 150 millones de presupuesto público asignados al equipo de transición. 

Puede decir lo que quiera porque los otros partidos tampoco son un contrapeso real. Es cierto que han criticado la sospechosa generosidad del Grupo Higa pero no modifican conductas similares. Las trácalas con bienes raíces son parte integral de las “buscas” de los políticos. Al Niño Verde (Jorge Emilio González) lo filmaron pidiendo dos millones de dólares para cambiar el uso del suelo y permitir una construcción en un terreno de Cancún; al delegado en Coyoacán, Mauricio Toledo lo grabaron extorsionando a un constructor de un edificio ilegal sin que sus padrinos, los chuchos perredistas, lo reprendieran; y el PAN no hizo nada cuando se conoció la pericia de los suyos en el arte del “moche”. 

Lo generalizado de la práctica permite entender el porqué los políticos y funcionarios siguen embarcándose en transacciones lodosas aunque sepan que probablemente se difundirán sus negocios turbios. Prefieren, por supuesto, que se mantengan en la penumbra sus “transacciones” inmobiliarias, pero tienen claro que aun cuando se sepa no pasará nada. El viernes pasado un tribunal exoneró a Raúl Salinas de Gortari por el delito de enriquecimiento ilícito después de un juicio de 19 años, y este lunes los priistas se encargaron de vetar al Sistema Nacional Anticorrupción porque, entre otras razones, no querían darle a la Auditoría Superior de la Federación la posibilidad de hacer revisiones en “tiempo real”. 

Los políticos habitan en el paraíso de los privilegios y la impunidad y han desarrollado un arsenal de excusas y argucias. Cuando les conviene imitan a los trapenses y se acurrucan tras sudarios de silencio, cuando no les queda otra se inventan excusas rebuscadas o inverosímiles, y cuando se sienten acorralados practican alguna variante del cinismo. Sea cual sea el método que seleccionen todos ellos se unifican en la rotunda negativa a renunciar. 

Lo anterior encierra una contradicción fundamental. Peña Nieto y Videgaray presumen de estar impulsando reformas económicas estructurales, pero al mismo tiempo alientan el “capitalismo de compadres”, un término inmortalizado por el Nobel de Economía, Joseph Stiglitz. Según esta tesis, el éxito del emprendedor no depende de su capacidad para innovar o de la calidad de su trabajo, sino de su habilidad para ganarse la buena voluntad de la autoridad que entrega información privilegiada, autoriza concesiones o agiliza trámites. La opaca relación entre el exitoso Grupo Higa y la tribu política peñanietista confirma el peso de este tipo de capitalismo. 

Es un sistema altamente disfuncional que está haciendo agua por todos lados. La buena noticia es que termina el año con el florecimiento de la denuncia, la protesta y las propuestas. Los medios independientes y las redes sociales tuvieron un buen año. Se vienen años marcados por el choque frontal entre la sociedad consciente y un sistema caduco en degradación. El dilema que tenemos es elemental: o México acaba con la corrupción y sus representantes o ellos acabarán con nosotros. “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de sus gobernantes”. 

La miscelánea

El gobierno de Enrique Peña Nieto debe responder al reportaje de Anabel Hernández y Steve Fisher en Proceso de esta semana. ¿Tuvieron las fuerzas federales una parte activa en la desaparición y posible ejecución de los estudiantes de Ayotzinapa?

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